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¡Imperdible! Visita gratis estas sucursales del paraíso en el Perú este sábado 13 de mayo

    

Quienes quieran sentirse en un lugar más parecido al paraíso en nuestro país tienen la oportunidad de ingresar gratis, este sábado 13 de mayo, a 18 áreas naturales protegidas situadas en diversas regiones del país como Madre de Dios, Ica, Loreto, Arequipa, Lima, Junín, entre otrasEllo con motivo del 15 aniversario de creación del Ministerio del Ambiente (Minam) y del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), instituciones que vienen gestionando y liderando las acciones para

la protección del medio ambiente y la conservación del patrimonio natural del Perú.

Esta disposición fue establecida mediante Resolución Presidencial 0123-2023-Sernanp que aprueba el ingreso libre a diversas áreas naturales protegidas de administración nacional el día 13 de mayo del 2023.
El libre ingreso a las áreas naturales protegidas será tanto para los visitantes nacionales como extranjeros residentes en el país. A continuación, conoce las áreas naturales protegidas a las que se podrá ingresar gratis este sábado 13 de mayo.
Está localizada en el kilómetro 245 de la Panamericana Sur, vía completamente asfaltada, y se puede llegar allí en un tiempo aproximado de cuatro horas. Posee una superficie total de 335,000 hectáreas y fue creada como área natural protegida por el Estado, el 25 de setiembre de 1975, para proteger muestras representativas de nuestros ecosistemas marino-costeros.
A pocos kilómetros de la reserva se encuentra la ciudad de Pisco, donde se puede pernoctar y emprender también otras actividades como la visita a las Islas Ballestas, lugar donde anidan lobos marinos.
Su incalculable valor radica en que protege una gran diversidad biológica indispensable para el mantenimiento de diversos ciclos biológicos que garantizan la conservación de las especies, al igual que genera ingresos económicos a la población de las zonas aledañas.
Si bien después del terremoto de agosto del año 2007 ya no se puede apreciar la formación rocosa denominada “La Catedral”, se puede admirar una belleza paisajística única que se complementa con una buena oferta gastronómica y reparadores baños en las magníficas playas de la reserva. Para los observadores de aves constituye un escenario extraordinario y singular, así como para aquellos que disfrutan de caminatas y de la aventura en escenarios naturales.

Famoso geoglifo llamado también “Tres Cruces” o “Tridente”, está ubicado sobre una colina de arena en el sector norte de la península de Paracas. La figura mide 177 metros de largo y 54 metros de ancho. Se calcula que tiene unos 2,500 años. Su significado sigue siendo un misterio, aunque existen teorías que lo vinculan a los geoglifos de Nasca y las Pampas de Jumaná.
El trabajo de hacer este geoglifo en la arena fue muy preciso considerando que la zona es de mucho viento. La dirección del Candelabro, junto con el viento y el agua marina han conformado una gruesa capa cristalina que lo ha mantenido intacto desde su creación.  Para apreciar el Candelabro se tiene que navegar a cierta distancia de la costa, por lo que forma parte de los circuitos de visita a las islas Ballestas.
Son las playas más visitadas de la Reserva Nacional de Paracas debido a su gran belleza paisajística, donde destacan acantilados rocosos algo elevados, aguas mansas y cristalinas y arena blanca y fina.
El nombre La Mina proviene de una antigua mina de carbón que existía al  extremo sur de la playa. Llegar a Raspón era, hasta hace un tiempo, una aventura algo riesgosa, pues los visitantes debían descender por una cuesta rocosa empinada, de ahí su nombre, ya que quienes caían en el intento terminaban con algunos raspones. Hoy en día el acceso es sencillo y no implica problema alguno.
Playa de arena con pequeñas formaciones rocosas. Los visitantes pueden acercarse a la caleta de pescadores que se encuentra próxima, donde desembarcan peces como cabrilla, cabinza, bonito, pejerrey y jurel, entre otros, así como choros, lapas, chanque, pulpo, cangrejo, etc. Antes de llegar a Lagunillas se cruza un puesto de control y vigilancia del Sernanp con guardaparques de la Reserva Nacional de Paracas.
Es una pequeña ensenada en forma de media luna tiene aproximadamente 2 kilómetros de largo. Su nombre proviene del quechua y significa “lugar donde se saca con la mano”, pues es  posible extraer pequeños moluscos conocidos como “palabritas”.
En esta zona se descubrió al pingüino gigante, denominado Inkayacu paracasensis, en honor a la Reserva Nacional de Paracas. Existe una réplica de esta especie en el Centro de Interpretación.
El color rojizo de la orilla imprime al lugar de una singular belleza. Este color se debe a su cercanía al macizo de Punta Santa María, formado por rocas que contienen en su interior magma solidificado. La acción de las olas sobre el macizo arrastra los fragmentos rojizos de  las rocas, que se van acumulando en la orilla, dando así origen al nombre de la playa.

Ubicada a una hora de la ciudad de San Juan de Marcona, en la provincia de Nasca, región Ica, la Reserva Nacional San Fernando es un lugar único donde los Andes y el mar confluyen para dar paso a un escenario de majestuosas playas y un mágico desierto. Esta área natural protegida es refugio de una diversidad de especies siendo las más representativas el guanaco, los lobos marinos y el impresionante cóndor andino.
Un punto imperdible durante la visita a la Reserva Nacional San Fernando es Punta Gallinazo, lugar de avistamiento de formaciones rocosas como la catedral y hogar de grandes colonias de lobos marinos y pingüinos. De igual manera la ensenada San Fernando, en donde se puede disfrutar de la playa y observar la diversidad biológica de la zona.
En la bahía se puede apreciar el vuelo del cóndor andino sobre las dunas doradas y su acercamiento al océano Pacífico. También se puede disfrutar de la presencia de los guanacos, una especie de los camélidos sudamericanos.
La Reserva Nacional San Fernando concentra una variada diversidad biológica marina y marino-costera: pingüinos de Humboldt, zarcillos, pelicanos, la nutria marina, ostreros, lobos marinos. El acceso a este lugar se da por el sector de Punta Caballas, que es la playa más hermosa de la reserva, donde se puede practicar deportes náuticos y pesca deportiva. El segundo ingreso es por el kilómetro 477 de la Panamericana Sur, donde se puede observar el desierto costero y las lomas.
San Fernando es la segunda área natural protegida, después de la Reserva Nacional Paracas, que protege áreas marítimas en una zona donde los afloramientos en el mar y la diversidad biológica resultante, las corrientes marinas, los bosques relicto, las lomas, los arrecifes y demás accidentes geográficos, los vientos, la belleza paisajística, los valores arqueológicos y el aislamiento, se concentran, originando lugares prioritarios para la conservación.
Una primera opción de llegada es desde Ica hasta el desvío a Changuillo (kilómetro 410 de la Panamericana Sur) y luego avanzar otros 107 kilómetros (2 horas), después se continúa paralelo al río Grande por unos 50 kilómetros hasta Puerto Caballas.  La segunda alternativa de arribo es desde Ica hasta el distrito de Marcona, en un recorrido de 230 kilómetros (3 horas y 30 minutos) y luego avanzar otros 17 kilómetros desde Marcona hasta la Reserva Nacional de San Fernando. En ambos casos el ingreso es gratuito al área natural protegida.
Comprende un conjunto de 22 islas, islotes y grupos de islas y 11 puntas a lo largo de la costa peruana, que van en forma discontinua desde las costas frente a Piura hasta llegar casi a la frontera con Tacna.
Su principal objetivo es conservar una muestra representativa de la diversidad biológica de los ecosistemas marino-costeros del mar frío de la corriente de Humboldt, así como asegurar su aprovechamiento sostenible con la participación justa y equitativa de los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos
Abarca zonas en las que ocurren procesos ecológicos importantes como el afloramiento de nutrientes, la reproducción de la mayor parte de las poblaciones de lobos marinos y aves guaneras del Perú y el desove de peces e invertebrados. Estas permiten que se mantenga la diversidad biológica y riqueza de recursos del litoral, contribuyendo además a repoblar de recursos pesqueros las zonas adyacentes sujetas a extracción.

El ámbito de las islas, islotes y puntas guaneras incluye los ambientes marinos dentro de las dos millas alrededor de cada una de estas unidades y por lo tanto, abarca la mayoría de las comunidades marinas o biocenosis pelágicas (de aguas abiertas) y bénticas (de fondo), donde abundan las poblaciones de algas.
En esta ocasión, el ingreso libre y gratuito está autorizado para las Islas Guañape (La Libertad), Islas Cavinzas e Islotes Palomino (Callao), Islas Ballestas y Punta San Juan (Ica) y Punta Coles (Moquegua).
Las islas Ballestas forman parte de una de las áreas naturales protegidas ideales para visitar y conocer, porque ofrecen una conexión especial por su belleza natural y paisaje, además de tener una fauna marino costera biodiversa y un valor histórico en el desarrollo de la economía del país.
Allí se pueden observar lobos marinos, pingüinos, aves guaneras y otras especies residentes y visitantes a este conjunto de islas.
El recorrido turístico al interior del área natural protegida islas Ballestas se realizará manteniendo una distancia no menor a 50 metros entre embarcaciones. Para fines de bioseguridad y cumplimiento de los parámetros establecidos, la capacidad de carga dentro de la ruta turística de las islas Ballestas será de 45 embarcaciones por día.
La Reserva Nacional Punta Coles se ubica cerca de la ciudad de Ilo, en la costa de Moquegua. El lugar es un paraíso para los amantes de la naturaleza y, en especial, para los que disfrutan descubriendo rincones inexplorados. Punta Coles destaca porque alberga a la colonia más grande de lobos marinos finos del Perú y el área más austral del país donde se reproduce el pingüino de Humboldt.
La Reserva alberga alrededor de 30 especies de aves entre las que destacan el guanay, el piquero, pelícano y pingüinos de Humboldt; además de una diversidad de aves migratorias. Al igual que en la reserva San Fernando, en Punta Coles podrá disfrutar de la tranquilidad que ofrece el mar. Hay pocos visitantes y el paisaje está para su exclusivo disfrute; además, el ingreso es gratuito.
Conocida también como la “Selva de los espejos”, la Reserva Nacional Pacaya Samiria fue creada el 4 de febrero de 1982 para conservar ecosistemas representativos de la selva baja de la Amazonía peruana y preservar su diversidad genética. En ese sentido, protege especies de flora y fauna de la Amazonía en peligro de extinción, como el lagarto negro y el lobo de río.

Con un área de 2 millones 80,000 hectáreas, esta área natural protegida comprende parte de las provincias de Loreto, Requena, Alto Amazonas y Ucayali, del departamento de Loreto. Está ubicada en la depresión Ucamara, donde se da la confluencia de los grandes ríos Ucayali y Marañón, los cuales forman sus límites naturales. La parte suroccidental está delimitada por una franja de colinas bajas que forma la divisoria de aguas con el río Huallaga.

La Reserva Nacional Pacaya Samiria alberga una alta diversidad biológica y una importante población humana que aprovecha de sus recursos naturales. Comprende en su interior las cuencas de los ríos Pacaya, Samiria y Yanayacu-Pucate. Aunque mayormente se trata de una planicie de selva baja aluvial e inundable, presenta algunas colinas bajas en las nacientes del Pacaya.
Protege además el área de bosque inundable más extensa de la Amazonía. Este gigantesco humedal motivó su designación como uno de los primeros sitios Ramsar del Perú, en 1992.
cuanto a la fauna se ha reportado la presencia de más 1,025 especies de vertebrados, lo que representa un 27% de la diversidad de estas especies en el Perú y el 36% del total registrado para la Amazonía.

En lo que respecta a la flora, la Reserva Nacional Pacaya Samiria alberga 965 especies de plantas silvestres y 59 de plantas cultivadas. Su valor para la protección de la diversidad biológica está ampliamente justificado por la presencia de inmensas extensiones de aguajales o bosques de aguaje (Mauritia flexuosa) y bosques mixtos de otras palmeras.
En la Reserva Nacional Pacaya Samiria habitan numerosas comunidades, tanto nativas y tradicionales como de colonos relativamente recientes. Su territorio ofrece beneficios a miles de personas en la zona y en las ciudades vecinas, así como la posibilidad de realizar un turismo de primer nivel para conocer la Amazonía peruana.
Existen tres circuitos turísticos principales: la cuenca Yanayacu-Pucate, desde la comunidad Veinte de Enero, cerca a Nauta, hasta la famosa cocha El Dorado. Es la zona donde se encuentra la mayor cantidad de refugios y zonas de campamento a lo largo del río. La laguna El Dorado es considerada el corazón de la Reserva Nacional Pacaya Samiria y uno de los lugares con mayor concentración de fauna.
Existen también 15 zonas de campamento autorizado en las 8 áreas de uso turístico, tres refugios en la cuenca Yanayacu-Pucate y dos refugios en la comunidad de San Martín de Tipishca.
Esta emblemática área natural protegida ubicada en la provincia de Maynas, región Loreto, tiene un potencial excepcional para el turismo de naturaleza por su cercanía a Iquitos. Fue creada el 15 de enero de 2004 para conservar la diversidad biológica y el hábitat de los bosques de varillal y chamizal que crecen sobre arena blanca y que pertenecen a la ecorregión del Napo, así como la de los bosques inundables aledaños de la cuenca del río Nanay.
Su importancia radica también en que protege parte de las fuentes de agua que abastecen a la ciudad y garantiza el aprovechamiento tradicional de los recursos naturales renovables por las comunidades asentadas en la zona.
En su superficie de 58,069 hectáreas se ha registrado la presencia de cerca de 145 especies de mamíferos, varias de ellas muy raras y altamente vulnerables. Entre ellas destacan dos especies endémicas: el mono huapo ecuatorial y un roedor aún no muy estudiado. El primero, junto al tocón negro, son primates protegidos solo en este lugar.

Por otra parte, en toda la reserva existen 498 especies de aves, de las cuales 21 de ellas son exclusivas de los bosques de arena blanca, entre las cuales se incluye a seis especies nuevas para la ciencia y nueve endémicas de la ecorregión Napo. Asimismo, se ha reportado la presencia de 83 especies de anfibios, entre ellas varias especies endémicas. También se han encontrado 120 especies de reptiles y 155 especies de peces.

La presencia de los suelos de arena blanca le da a los ecosistemas forestales de la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana características muy particulares y forman la concentración más representativa que hasta el momento se ha detectado en la Amazonía peruana. Su presencia garantiza la existencia de diversas especies vegetales endémicas de la zona como el aguaje de varillal, el caimito de varillal, el aguajillo, el carachacaspi, el irapay, el aceite caspi, entre otras.
Uno de los circuitos a realizar se encuentra entre los Kilómetros 25 y 26 de la carretera Iquitos-Nauta, en predios privados, donde se puede visitar un típico bosque varillal húmedo bajo. Allí se puede avistar a numerosas especies de aves endémicas de estos ecosistemas. En el Kilómetro 23 se encuentra un zoocriadero donde se puede apreciar el manejo sostenible de animales silvestres como el ronsoco y el sajino.

En el kilómetro 26 se encuentra el Centro de Investigaciones Allpahuayo (CIA) perteneciente al Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), donde se puede apreciar plantas medicinales y frutales nativos en un circuito turístico con trochas interpretativas entre los varillales altos secos y bajos húmedos.
En el Kilómetro 28 se encuentra el puesto de vigilancia El Irapay, donde se inicia una trocha hacia la comunidad de Mishana. En el camino se puede observar numerosos varillajes. En la comunidad de Ninarumi, en las afueras de la ciudad de Iquitos, existe un embarcadero que comunica a las comunidades de la cuenca del río Nanay.
Creada hace 21 años para conservar la flora, la fauna y los procesos ecológicos de una muestra de la selva húmeda tropical peruana, la Reserva Nacional Tambopata deslumbra al mundo por su espectacular belleza paisajística y la megadiversidad biológica que alberga y que estamos llamados a preservar. El aforo autorizado a esta área natural protegida es del 60%, dado que se encuentra en la región Madre de Dios, que tiene un nivel de alerta moderado.

La Reserva Nacional Tambopata se ubica al sur del río Madre de Dios, en los distritos de Tambopata e Inambari de la provincia de Tambopata. Fue creada oficialmente el 4 de septiembre del 2000, mediante Decreto Supremo Nº 048-2000-AG y tiene una superficie total de 274,690 hectáreas.
El destino turístico más visitado es el Lago Sandoval, ubicado en la cuenca del río Madre de Dios. Este espejo de agua de 127 hectáreas está rodeado de palmeras repletas de guacamayos y se encuentra a solo media hora por río de Puerto Maldonado. En sus aguas, que pueden ser recorridas en botes de paseo que alquilan los pobladores locales y los albergues, habita una numerosa familia de lobos de río a la que se le aprecia cazando y acicalándose sobre los troncos. También hay una torre observatorio para una vista panorámica.

Los atractivos característicos de Tambopata son las colpas que se hallan en la orilla de los ríos reuniendo a cientos de aves (guacamayos, halcones y loros) ofreciendo un espectáculo de color y sonido espectacular (todo esto en especial entre las 5:30 y 9:00 am).

La Reserva Nacional Tambopata es una de las primeras en el Perú en impulsar una propuesta para ampliar su oferta turística e incluir a todos los sectores de la población, incluyendo a personas con discapacidad, adultos mayores y familias con niños pequeños.
En agosto del 2019, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) inauguró un “sendero elevado de madera”, que tiene un largo de 2,800 metros. Parte desde el puesto de control de la Reserva Nacional de Tambopata y llega hasta el muelle de embarque del lago Sandoval. Esta vía ha permitido reducir el tiempo, de tres horas a 45 minutos. Además, cuenta con señalética interpretativa; zonas de embarque y desembarque en sus puntos de partida y llegada.
Su establecimiento, el 29 de mayo de 1973, tuvo como propósito proteger una muestra representativa de la diversidad biológica, así como de los paisajes de la selva baja, ceja de selva y de los Andes del suroriente peruano. Asimismo, en él se pretende fomentar el turismo sustentado en criterios ecológicos y culturalmente compatibles.

La creación de esta área natural protegida apuntó a promover y facilitar la investigación, educación y recreación, así como contribuir a la preservación del patrimonio arqueológico. Su presencia contribuye al reconocimiento y protección de la diversidad cultural y a la autodeterminación de los pueblos indígenas del área.

El Parque Nacional del Manu protege una de las zonas más importantes del planeta en cuanto a megadiversidad de especies biológicas. Su gran extensión atraviesa frígidas punas que sobrepasan los 4,000 metros de altitud, agrestes montañas boscosas que dan origen a una multitud de pequeñas quebradas y valles, bosques nublados de selva alta, y finalmente el llano amazónico.
Este magnífico y único escenario natural incluye un amplio y complejo sistema hidrográfico y garantiza la presencia de una diversidad de ecosistemas poco intervenidos por el ser humano.

En estas circunstancias, la diversidad biológica que alberga el Parque Nacional del Manu se manifiesta en todo su potencial en un paisaje único en el planeta. Desde 1977 el Parque Nacional del Manu ostenta el estatus de Reserva de Biósfera. A su vez, en 1987 fue declarado Patrimonio Natural de la Humanidad otorgado por la Unesco.
El mirador de Tres Cruces, en el extremo sur del Parque Nacional del Manu, permite apreciar espectaculares salidas de sol a más de 3,600 metros sobre la llanura amazónica. A través de un fenómeno óptico que ocurre especialmente entre mayo y agosto, cuando el cielo está despejado, se tiene la impresión de que el sol aparece dos veces en un mismo amanecer.

Además, se puede apreciar dos vistas panorámicas opuestas: la serranía al sur y el impenetrable bosque nublado al norte. Desde este lugar se puede tomar un circuito pedestre señalizado de aproximadamente siete kilómetros (3 horas de recorrido), desde el puesto de vigilancia de Acjanaco hasta el fundo Pillahuata.
El Parque Nacional del Manu posee uno de los más renombrados centros de investigación para los trópicos: la estación biológica de Cocha Cashu. Asimismo, en la cuenca baja del río Manu existen cinco zonas de campamento, tres miradores o espigones, así como tres albergues en cesión de uso.

También se instaló una torre metálica de 18 metros de altura en la cocha Otorongo y un sendero elevado con plataforma en el sector Limonal. Además, se puede visitar el Centro de Interpretación ubicado en el puesto de vigilancia El Limonal.
Ubicado a 12 horas desde Lima, esta área protegida alberga una hermosa cadena de montañas conocida como la Bella Durmiente, que asemeja la silueta de una joven doncella que descansa mirando al cielo.

Este impresionante destino nos invita a ingresar en su frondosa vegetación selvática con su complejo sistema de cavernas subterráneas, en que la más famosa es la Cueva de las Lechuzas, habitada mayormente por murciélagos y guácharos, uno de los mayores atractivos del Parque Nacional Tingo María. Esta área natural protegida posee también una gran biodiversidad que, en el caso de la fauna silvestre, tiene como exponentes importantes al gallito de las rocas, el ave amazónica emblemática del Perú.

En el recorrido podremos deslumbrarnos con las enigmáticas formaciones rocosas, grutas, galerías y los diversos arroyos de agua dulce en relajantes caminatas bajo un cielo tropical de color azul intenso y el cautivante verdor de los bosques amazónicos.
Es una gigantesca caverna que se encuentra al suroeste de la ciudad de Tingo María, en un sector empinado del cerro Bella Durmiente, a 673 metros sobre el nivel del mar. El ingreso es una abertura geológica de 20 metros de altura por 25 metros de ancho, dimensiones que aumentan en el interior cuya profundidad total supera los 170 metros. El interior de la gruta está hecho de piedra caliza que por acción de la humedad y del viento ha generado numerosas estalactitas que emergen de la bóveda, como de estalagmitas que afloran del piso.

En el primer sector existe vegetación debido al germinado de las semillas que dejan los animales voladores silvestres que habitan este impresionante lugar como lechuzas, guácharos y murciélagos. Este atractivo turístico cuenta con escalinatas de piedra tallada con pasamanos que permiten ingresar a la cueva. El acceso a pie sin mayor dificultad es posible hasta un segundo sector y a partir de allí solo pueden continuar el recorrido personas preparadas y con los implementos de seguridad respectivos.

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