En el Siglo XVIII comienza en Europa la Revolución Industrial, en la que los inventos y la creación de las máquinas comienzan a implementarse en las Fábricas, en la Agricultura y en la Vida cotidiana de los pobladores, cuyas medidas, no fueron aceptadas por los Obreros, al sentirse desplazados por las máquinas en su labor cotidiana, su ignorancia era tal, que a las máquinas inventadas les atribuían poderes diabólicos y quien hacía uso de ellas eran considerados brujos que tenían pactos satánicos y eran juzgados y condenados a muerte en la hoguera y la destrucción de las máquinas inventadas.
En 1880 Bertha Benz, en Alemania, decidió ir a visitar a sus padres que estaban en otra Ciudad, en la Calesa que era impulsada por un motor inventado por su esposo Karl Benz, hacer uso de ese nuevo invento o innovación Tecnológica era todo un reto, por conocer, que se exponía a la ignorancia y superchería de la gente, Bertha confiaba en él invento de su esposo Karl, con la osadía que la caracterizaba, se monto en la Calesa en compañía de sus dos menores hijos y comenzó la travesía, pueblo que pasaba, era considerada como “bruja” porque en ese entonces la tracción de los Coches o Calesas eran realizadas por dos o cuatro caballos.
Aquel día al pasar por Berlín, se le agotó la bencina, y élla ni se inmutó, y empujó la Calesa hasta la Droguería o Bótica del pueblo, enfrentando las burlas, acusaciones y displicencia de la gente, fué en búsqueda del bóticario, al cuál ubicó en una taberna, y a su pregunta este respondió en forma displicente y sarcástica, que ella supo superar, con inteligencia y obtener 10 litros de bencina, qué introdujo en el tanque del motor, lo purgó y lo arrancó y pudo proseguir su viaje, ante la incredulidad de la gente, pero pudo demostrar que él invento de su esposo Karl Benz, no tenía nada de satánico y cambio los conceptos de nuestras vidas para siempre al dar Orígen al primer automóvil de la historia de la humanidad.
Por: Augusto R. Olórtegui González