El entusiasmo de Canadá era grande. El orgullo de Serbia, con el irreprimible gen competitivo balcánico nato inmune a todo, a bajas de la envergadura de Jokic, Micic, Kalinic o Nedovic, a la pérdida por el camino de Borisa Simanic y su riñón, lo fue más. El señor equipo de Svetislav Pesic se llevó por delante la ilusión de la primera vez de Canadá en semifinales (95-86), el efecto Brooks y el talento de Shai Gilgeous-Alexander para plantarse en la final, donde intentará reeditar el cetro mundial de 2002 ante Estados Unidos o Alemania. La estrella NBA que puso el show, Bogdan Bogdanovic, 23 puntos, dañino en con sus triples (3/4) y sentando cátedra con su surtido de movimientos y recursos. El combinado de Jordi Fernández, que todavía puede culminar su inmensa actuación con el bronce, siempre lo vio lejos.
“Estoy muy cansado”, decía, con voz entrecortada entre suspiros de fatiga, el escolta de los Atlanta Hawks, ese demonio con cara imberbe angelical de niño a sus 31 años, como si tuviera un pacto con el diablo de hacer prevalecer la experiencia de la edad pero conservando la frescura del chaval de 20 que aparenta ser, trayendo de cabeza a todos en Canadá, también al incombustible Dillon Brooks, con su movimiento sin cesar. “Avramovic ha visto muchos highlights de Shai”, advertía como una de las clave, limitada la estrella de Oklahoma a 15 puntos pudiendo tomar tan solo 8 tiros.
Las palabras de Bogdanovic condensaban justo lo que fue Serbia, que envolvió con una tremenda pasión, celebrando a grito pelado cada pequeño triunfo en la pista, la precisa ejecución del maquiavélico plan de partido de Pesic. Más sabe el diablo por viejo que por diablo y, a sus 74 años, el ex entrenador azulgrana desplegó los argumentos contra toda una potencia NBA para hacer valer su teoría de que el baloncesto europeo tiene más calidad que el de la NBA porque hay más alternativas en el juego, aunque tiene también Canadá mucho de europeo con el libreto de Jordi Fernández.
Serbia no paró quieta y, de lo más práctica, siempre aplicó sobre la pista ese IQ baloncestístico que tanto admira la NBA de Europa, encontrando los mismatch ante la defensa de cambios de Canadá, confundida ante el entramado de movimientos y la fluida circulación de balón del conjunto balcánico.
Con esos principios, los chicos de Pesic metieron pronto a Canadá en problemas de faltas, obligado Jordi Fernández a retirar a Shai a falta de 3 minutos para el final del primer cuarto con 2 faltas, con 3 faltas el base y también 3 Brooks, el cazador cazado, al descanso. Con tanta infracción acumulada -Kelly Oynyk ya 4 tambien a principios del tercer parcial-, y 75-63 abajo al empezar el último cuarto (75-63), el paisaje era casi idéntico al partido ante España. Pero Serbia, estricta en su disciplina, no permitió ni el más mínimo atisbo de cuento de épico cuento de hadas.
Con una astucia permanente en el plan de juego ofensivo, el combinado europeo encontraba constantemente lo que buscaba, sacando a los interiores de Canadá al perímetro -Olynyk y Powell-, y siempre hallando el mismatch, desbordando a los grandes con penetraciones -una lección de Bogdanovic también en ese contexto-, y forrándose de puntos Serbia también por dentro.
Aunque no esté el que no va más, Nikola Jokic, a Serbia se le caen del bolsillo los gigantes virtuosos, el curtido en mil batallas Nikola Milutinov -perfecto con su 6/6 en tiros para 16 puntos-, más otros dos con mucho que decir en la NBA como Nikola Jovic y Filip Petrusev, el primero en los Heat y el segundo recién incorporado por los Sixers.
Bogdanovic no tendrá tanto como nombre como Doncic, pero, por lo menos en cuanto a movimiento sin balón se refiere, iba a ser un desafío mucho más complejo para Brooks. Marcado también por otro maestro serbio como Zeljko Obradovic en su paso por el Fenerbahçe antes de saltar a la NBA, el escolta se desliza saliendo de indirectos, y la obsesión por negarle el cambio en ese contexto fue un problema que nunca supo resolver Canadá, en el círculo vicioso de sufrir desventajas en los cambios en los bloqueos y de acumular faltas para evitar esos cambios de asignación.
Pero, porque la defensa también es espectáculo como bien señala Jordi Fernández, modélica fue también Serbia para cortar las alas a Shai, sujetándolo también al final. El jugador del Casademont Zaragoza, Stefan Jovic, se combinó con Aleksa Avramovic para desacelerar al base, sobre el que los de Pesic lanzaron diferentes alternativas defensivas como también la zona 2-3 o la box-and-one. Canadá añoró su habitual movimiento de balón y le costó encontrar un hilo argumental en su ofensiva cuando SGA no estuvo en pista. Los 23 puntos de RJ Barrett o los 16 de Brooks no alcanzaron para cubrir los que le faltaron a Gilgeous-Alexander.