Las jugadoras de la selección española femenina de fútbol y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) han iniciado ya, tras varios meses de turbulencias, el camino hacia el fútbol del futuro. Las jugadoras alzaron la voz ante las malas condiciones de trabajo ahora desveladas por Alexia Putellas, y tras una tensa ‘guerra’, la calma ha llegado al combinado dirigido por Montse Tomé.
La catalana no dudó en ejemplificar algunas de las situaciones que llevaron a las futbolistas a plantarse ante la RFEF, un parón que ha obligado a ambas partes a sentarse en la misma mesa para negociar un nuevo rumbo para el fútbol femenino español.
“En la clasificación de la Eurocopa: se jugaba el jueves, el miércoles teníamos que hacer el entrenamiento oficial allí y teníamos coger un avión, nos teníamos que levantar a las tres de la mañana. Fue un desgaste cuando fuimos capitanas, que teníamos que estar pendientes de que esos horarios fueran horarios de deportistas de élite. Si te vas de vacaciones con la familia y te compras ese vuelo, lo has decidido tú, pero nosotras somos deportistas de élite y dependemos de muchas cosas. Entrenamiento, comida y descanso. No creíamos que fuese coherente y normal levantarnos a las tres de la mañana y al día siguiente tener que competir por estar en una Eurocopa”, explicó ante los medios desplazados a Sevilla, donde las seleccionadas por Montse Tomé preparan el próximo duelo de la Nations League ante Suiza.
“Ejemplos como ese, durante mucho tiempo, repetidos. En otro torneo, en febrero antes de la Eurocopa; juegas contra equipos de alto nivel, donde los detalles pueden marcar la diferencia. Pero ya no partes de las mismas condiciones, porque ellas se movían en aviones entre sedes y tú te tenías que chupar seis horas de autobús, y al día siguiente jugabas contra Inglaterra. Tú venías de estar seis o siete horas en un autobús y ellas venían en avión. Estos son los ejemplos que puedo explicar de cambios que pedíamos”, insistió la jugadora, que también habló de la última ‘jugada’ incomprensible de la RFEF, la convocatoria en Oliva (Valencia), antes de volar a Suecia.
“No entendíamos por qué tuvimos que ir a Oliva. La casa de la selección es Las Rozas. No habíamos hecho nada mal para estar allí. No sabíamos ni dónde era la concentración. Fue chocante. No entendíamos cosas y se habló en la reunión”, zanjó Putellas con mención incluida a la cumbre en la que se pusieron todos los puntos sobre las íes.