‘La 33’ tendrá que seguir esperando. Fernando Alonso no ha podido volver a hacer magia para ganar en Mónaco y ni siquiera la lluvia, vieja aliada, ha jugado esta vez a su favor. El asturiano, a pesar de todo, logró un meritorio segundo puesto para sumar su quinto podio esta temporada. Ya lo había predicho antes de la carrera: si no pasa nada en el Red Bull de Verstappen, habría que conformarse porque la victoria era de Max. No pasó nada y el neerlandés se llevó el triunfo en Montecarlo sin oposición, liderando de principio a fin. Mientras, Ocon firmó el primer podio de Alpine este año.
El Gran Premio del Principado tuvo una primera parte tranquila, con una salida limpia en todos los frentes. Alonso cumplió su palabra y no atacó, sino que optó por defender su posición frente a un piloto que le ha dado muchos disgustos en el pasado, Esteban Ocon. Hasta que empezó a llover, lo único que pasó fue que Carlos Sainz, más rápido que el francés, chocó con el Alpine y rompió una parte de su alerón delantero, aunque ni siquiera necesitó entrar para cambiarlo.
La lluvia era lo que todos los equipos esperaban para ver si la parte alta de la tabla se movía de alguna manera. El bicampeón había gestionado sus neumáticos duros manteniéndose relativamente cerca (a unos nueve segundos) de Verstappen por si llegaba un momento así. Y la oportunidad llegó, pero Aston Martin no supo aprovecharla. El equipo británico paró antes que el austriaco y montó medios. Red Bull apostó directamente por los intermedios de lluvia, y acertó. Ya había alertado Fernando: “Son los reyes del pit-stop”.
El error de la escudería verde, que tuvo que volver a llamar a boxes al asturiano para poner las ruedas de mojado, tampoco cambió mucho las cosas. “No éramos lo suficientemente rápidos hoy”, aseguró ‘Magic’, e insistió en que “esperábamos un poco más de ritmo”, pero no fue el día. Se quedó con un gran segundo puesto, el primero que consigue en nueve años (desde Hungría 2014).
La carrera fue peor para Sainz. Cuando más cerca tenía el madrileño el podio, Ferrari le pidió que entrara y eso le hizo perder las opciones de adelantar a Ocon, que había entrado justo antes y había firmado una malísima parada. La ‘Scuderia’ no tenía en mente el undercut, sino proteger la posición frente a Hamilton. Su enfado fue tremendo. Más aún cuando se dio cuenta de que las órdenes no habían sido las mismas para Leclerc, que iba más despacio. Para más inri, con los medios patinó y se fue contra la barrera. Pudo regresar, pero ya había perdido la posición con su compañero —fue sexto— y solo pudo firmar un octavo puesto.
España será la gran próxima oportunidad y una motivación extra para Alonso y Sainz, pero especialmente para el asturiano, que en Montmeló podría cerrar el círculo y ganar la ansiada 33 en el último lugar que le vio vencer. Allí aterrizará con el ‘as’ bajo la manga que se guardó Aston Martin: la segunda mitad de las mejoras que preparó para Imola y que no montó en Mónaco pensando en Barcelona.