Dos buenas noticias y una mala para el Barça: victoria ante el Milan (0-1) para terminar la gira americana con grandes sensaciones en un partido en el que Ansu Fati fue el MVP… pero pierde a Ousmane Dembélé. El ’10’ le dio la victoria al conjunto blaugrana con un golazo que devuelve la ilusión, pero también hace sangre: se lo dedicó al francés, que vio el partido desde la grada en sus últimas horas como culé.
Xavi Hernández dejó al galo fuera de la convocatoria en el último duelo de pretemporada. Solo echó en falta su pegada, la que abrió la lata ante el Real Madrid en el Clásico en Dallas, pero no su verticalidad. Raphinha y Abde se encargaron de poner la electricidad por las bandas, aunque a ambos les faltó acierto de cara a portería.
El brasileño fue una pesadilla para Theo Hernández, incapaz de frenarle en la primera mitad. Ya había avisado al inicio con una internada por la izquierda que pudo haber acabado en penalti: Tomori le derribó en el área de un codazo. Pero el árbitro no señaló nada y el marcador no se movió. Pudo marcar con un zurdazo que recordó al de su debut el año pasado, pero esta vez no hubo suerte.
Ansu Fati celebra su gol ante el Milan abrazando a Ousmane Dembélé.Ansu Fati celebra su gol ante el Milan abrazando a Ousmane Dembélé.Getty Images
Dos buenas noticias y una mala para el Barça: victoria ante el Milan (0-1) para terminar la gira americana con grandes sensaciones en un partido en el que Ansu Fati fue el MVP… pero pierde a Ousmane Dembélé. El ’10’ le dio la victoria al conjunto blaugrana con un golazo que devuelve la ilusión, pero también hace sangre: se lo dedicó al francés, que vio el partido desde la grada en sus últimas horas como culé.
Xavi Hernández dejó al galo fuera de la convocatoria en el último duelo de pretemporada. Solo echó en falta su pegada, la que abrió la lata ante el Real Madrid en el Clásico en Dallas, pero no su verticalidad. Raphinha y Abde se encargaron de poner la electricidad por las bandas, aunque a ambos les faltó acierto de cara a portería.
El brasileño fue una pesadilla para Theo Hernández, incapaz de frenarle en la primera mitad. Ya había avisado al inicio con una internada por la izquierda que pudo haber acabado en penalti: Tomori le derribó en el área de un codazo. Pero el árbitro no señaló nada y el marcador no se movió. Pudo marcar con un zurdazo que recordó al de su debut el año pasado, pero esta vez no hubo suerte.
Ousmane Dembélé celebra su gol ante el Real Madrid en Dallas.
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No fueron suyas las ocasiones más claras, si no de Araujo y Koundé. El uruguayo vio cerca el gol en un córner y el francés estrelló el balón en el palo tras un mal despeje de Pulisic en el área rossonera. Eso fue lo más destacado del Barça en la primera mitad, pues cuando se acercaba el descanso empezó a dormirse… hasta que Leao avisó con una carrera con la que dejó atrás a la defensa.
La entrada de Ansu Fati en la segunda mitad fue clave en la victoria del conjunto culé. El delantero se incorporó junto a Balde y ambos formaron una dupla que reanimó al equipo. Primero sufrieron con una clarísima ocasión de Leao, al que le faltó un pelo para colar el balón en la escuadra. Quien lo hizo fue el ’10’, que desde el balcón del área remató para reventar la portería milanista con un espléndido tanto desde el pico interior del área tras recortar hacia dentro.
La banda izquierda, con la sociedad Balde-Fati, se convirtió en un puñal para el Milan. Desde ese costado, con un centro de Lewandowski, llegó el segundo con un cabezazo de Araújo, pero el tanto no subió al marcador por fuera de juego.
Pudo empatar el conjunto rossonero en los compases finales, con un ‘pase de la muerte’ de Leao, el mejor de su equipo, para Reijnders. El neerlandés, que había iniciado la jugada con un gran robo, no lo aprovechó y su disparo se marchó muy desviado.
Al final el fútbol fue justo con el Barcelona, muy superior a su rival y dominante desde la posesión y las ocasiones. Tiene aún espacio para mejorar antes de que arranquen las competiciones oficiales la próxima semana, pero mientras ya puede celebrar los brotes verdes de Ansu Fati y la llegada de Lamine Yamal, que dejó muestras de picante y profundidad por la banda derecha.