Jude Bellingham es un jugador nacido para triunfar. Con solo 20 años, ha aterrizado en un Real Madrid huérfano de gol y de magia en tres cuartos de campo con la marcha de Karim Benzema, en el ocaso de Luka Modric como titular indiscutible en la medular, y se ha hecho dueño y señor del equipo.
Se conocían de él muchas virtudes pese a su juventud, o quizá gracias en parte a ella, pero muchos dudaban de su posible contribución en la temporada de adaptación a un nuevo fútbol tan distinto del alemán. Sin embargo, su rendimiento inmediato está excediendo con creces cualquier expectativa, por números, liderazgo y capacidad creativa. Además, está demostrando ser de esos pocos ‘elegidos’ que tanto gustan en Chamartín, los que siempre aparecen cuando más los necesitan.
Así sucedió este sábado en el choque de titantes entre Real Madrid y Girona. El equipo revelación de Europa, que venía maravillando al mundo con su racha invicta y su juego vistoso y ofensivo, tenía en casa la oportunidad de oro de refrendar su liderato de Primera División con una victoria ante su más inmediato perseguidor.
Y parecía que aprovecharían la inercia del apoyo de Montilivi para adelantarse y noquear al todopoderoso club blanco, al que ya saben lo que es ganarle y golearle en ese mismo estadio. Sin embargo, no aprovecharon sus oportunidades y el Madrid capeó el temporal cuando parecía condenado al prematuro naufragio, anestesiado por las oleadas ofensivas del Girona. Entonces apareció Bellingham para emular a una leyenda, maestro y mentor en su temporada de debut en la casa blanca.
De la más absoluta nada, el centrocampista inglés alzó la mirada desde el pico del área, y filtró un centro cruzado con el exterior que hizo sonreír a Modric desde el banquillo. Sutil, suave y preciso, encontrando el desmarque de Joselu para batir con algún problema a Gazzanigga. Apenas había pasado un cuarto de hora, el Girona había sido infinitamente mejor, pero el estado de forma de Bellingham no tiene parangón en Europa ahora mismo, y sirve para volver a salvar al Real Madrid en su peor momento.