Están a un solo paso de los Juegos Olímpicos de París y el calendario les brinda la oportunidad de oro de darlo en casa, ante su público, en los Campeonatos del Mundo de gimnasia rítmica que se disputarán en València en agosto: Polina Berezina y Alba Bautista, octava y decimoséptima en los recientes Europeos, afrontan el reto “con motivación extra, tranquilas y centradas de cabeza”, convencidas de que las ocasiones “están para aprovecharlas”.
Aunque “la presión es muchísima”, Berezina y Bautista forman parte de ese grupo joven de deportistas españoles, como Carlos Alcaraz o Adriana Cerezo, a los que les motivan los grandes retos y que priman, independientemente de los resultados, disfrutar mientras compiten.
“Creo que se me nota que estoy mucho más feliz con todo lo que hago y con lo que estoy viviendo ahora”, afirmó Berezina a EFE tras una sesión de entrenamiento en el CAR de Madrid. Y eso, añadió, se traduce en los resultados.
“El proceso ha sido muy complicado, he pasado por muchas dificultades pero todo me ha servido como aprendizaje para mejorar. Ahora están llegando los resultados: medallas en copas del mundo, octava de Europa… son resultados que ni me hubiese podido imaginar. Estoy muy orgullosa de que por fin el trabajo tenga su recompensa”, expresó la gimnasta nacida hace 25 años en Rusia, pero residente en España (Guardamar de Segura, Alicante) desde los tres años. Se incorporó al CAR de Madrid en 2016, con 18 años.
La turolense Alba Bautista, que cumplirá 21 el mes próximo, también conoce los sinsabores del deporte y ha sabido superarlos.
“Cuando llegué al CAR, tras la pandemia, me partí el pie y fue un año totalmente nulo. Pero, aunque suene mal, siempre digo que doy gracias a Dios por esa rotura porque me sirvió para enfocarme en otras cosas. Por ejemplo, como no podía moverme, aprendí mucha técnica de aparato, cogí una destreza que no tenía. Y ahora tiene su recompensa”, comentó la gimnasta de Utrillas.
Unos globos dorados que forman las palabras ‘PARÍS 2024’ presiden la sala de entrenamiento, cuyas paredes están forradas de cartulinas con mensajes de apoyo y retos mentales que hablan de paciencia, trabajo, resiliencia. Todo se cuida al detalle. Hace mucho calor, pero no se conecta el aire acondicionado porque las gimnastas tienen que acostumbrarse a las condiciones que se encontrarán en Valencia.
“Por supuesto que tenemos muchísima presión”, admitió Berezina. “Es lógico, jugarse una plaza olímpica en una competición te pone nerviosa, pero estamos trabajando la parte psicológica y la parte física, lo estamos dando todo para llegar en nuestro mejor estado de forma al mundial. Y yo creo que tenemos opción de dos plazas olímpicas. En casa, con nuestra familia y nuestro público, las oportunidades están ahí y nosotras las tenemos que aprovechar y darlo todo. Espero que ese sueño para España se va a cumplir”.
Alba Bautista, que por edad podría permitirse pensar más en el siguiente ciclo olímpico, se niega a hacerlo sin dejarse antes la piel en el intento de competir en París 2024.
“Si voy a Valencia es para buscar plaza para los Juegos. Lo tengo claro”, aseguró con firmeza. “Para nada es fácil, pero hay que hacerlo y hay que hacerlo bien, no se puede fallar. El objetivo es hacer mis cuatro ejercicios bien y luego será lo que sea. Las jueces son las que puntúan. Si yo hago mi trabajo, que ellas hagan el suyo”, afirmó.
Los Juegos de Tokio 2020 fueron los primeros en los que España no logró plaza en gimnasia rítmica. De cara a París han cambiado las tornas. El conjunto ya está clasificado. Logró la primera plaza de cualquier deportista español gracias a su medalla de bronce en el Mundial de Sofia. A Berezina y Bautista -“las más competitivas” que ha habido en España en muchos años, según la seleccionadora Alejandra Quereda- les queda luchar por alguna de las 14 plazas individuales que se pondrán en juego en Valencia y que se sumarán a las tres que ya tienen Italia, Alemania y Bulgaria.
“Hay que estar bien de la cabeza, por así decirlo”, indicó Bautista, para jugarse tanto en una sola competición.
“Hay días en que no todo sale como esperamos y entonces es muy importante el apoyo de nuestras entrenadoras, de los psicólogos. Sin eso no va a funcionar nada. Podemos tener algún fallo, somo personas normales. Pero es mejor tener una caída que cinco, hay que luchar hasta el final con ese fallo”, dijo Bautista..
Berezina trabaja con un ‘coach’ y con una psicóloga.
“Creo he acertado un montón porque me están ayudando muchísimo a superar las dificultades, los bajones. Todos pasamos por altibajos y es importante tener la fuerza psicológica para salir de ahí y seguir con más fuerza. A mí me ayuda a nivel deportivo e incluso fuera del deporte. La cabeza es primordial. Tienes que estar súper centrada en el trabajo y saber gestionar las emociones”, dijo la octava mejor gimnasta de Europa.
“En el momento en que te descontroles puedes echar a perder todo el trabajo que llevas detrás. La parte psicológica es un trabajo primordial para estar en el alto rendimiento”, subrayó. “Tienes que saber estar en tu burbuja y solo centrarte en tus ejercicios”.
Bautista se define como “una gimnasta bastante expresiva, con carácter”; Berezina prefiere que la describan los demás, pero apunta a su “cabezonería” como un rasgo propio de su personalidad. Con esos perfiles viajarán en agosto a Valencia en busca de las plazas olímpicas. “Lo vemos muy posible”, coinciden, “y aún quedan dos meses para mejorar”.