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Brooks Koepka y Jon Rahm, el choque de dos mundos en el Masters de Augusta

El estadounidense, estrella de la Liga saudí, y el español, emblema del PGA Tour, luchan por la chaqueta verde. Tras la tercera jornada, Rahm es segundo a dos golpes

La guerra de los mundos comenzó librándose bajo un diluvio y continuó al día siguiente a pleno sol. En medio de un aguacero que obligó a aplazar hasta este domingo buena parte de la tercera jornada del Masters de Augusta, Brooks Koepka y Jon Rahm protagonizaron el sábado un mano a mano que es más que la lucha por un grande. El estadounidense es una de las estrellas de LIV Golf, la Liga saudí que ha revolucionado el deporte hasta dividirlo en dos. Jon Rahm es junto a Rory McIlroy y Scottie Scheffler la gran bandera del circuito americano, el PGA Tour, el poder tradicional que ha combatido la llegada de los petrodólares con la misma moneda. Si el campeonato saudí ha contratado golfistas a golpe de talonario, el PGA ha engordado su bolsa de premios para evitar más fugas.

En ese clima de guerra civil se juega este Masters. Koepka es la gran baza para que LIV Golf presuma de su primer grande. Rahm es casi la última resistencia. El estadounidense mandaba en la clasificación con -13 por el -9 del español cuando el juego fue aplazado el sábado debido a la gran cantidad de agua que se acumulaba en los greens. La acción se congeló para ambos en el hoyo 7, en un momento crucial: Rahm disponía de un putt de menos de tres metros para cantar el birdie. Koepka debía acertar con uno más largo para salvar el par. Entonces sonó la bocina que obligaba a mantener la tensión hasta este domingo.

La jornada comenzó a las 8.30, hora local, con el bocinazo de apertura que reanudaba el juego. Koepka falló entonces el putt para par, cargando con su primer bogey tras 29 hoyos sin fallo, y Rahm celebró el birdie para descontar en un chasquido dos golpes y apretar el careo (-12 por -10). El vasco escapó en el 9 de un buen lío al perder la calle y caer luego al búnker, del que emergió con un impacto de maestro en un green cuesta abajo, y el estadounidense también sudó para no ceder el paso en el 10. En cualquier caso, le habían entrado las dudas a la estrella de la Liga saudí, y en el 12, en el corazón de Amen Corner, falló el putt para ver cómo su renta se encogía a un golpe. Dos boyeys cuando en el resto del torneo solo había sufrido antes uno. Temblaban las manos y también Rahm concedió un golpe con un putt de metro y medio desviado en el 13 mientras por detrás se acercaba Viktor Hovland con cinco birdies seguidos entre el 11 y el 15. Koepka estuvo cerca de caer al agua en ese último par cinco de la ronda, Rahm cedió un bogey en el 16, y Koepka otro en el 17… tan importante como acertar era no fallar. Los pares se sudaban. Al final de la tercera jornada, mandaba Koepka con -11 por -9 de Rahm y -8 de Hovland. Tiger Woods se retiró por lesión antes de comenzar la ronda. Koepka y Rahm partirán juntos en el último partido del día a las 14.33 (20.33 hora peninsular española, por Movistar Golf).

A los 32 años, Koepka es dueño de cuatro títulos del Grand Slam: dos US Open (2017 y 2018) y dos PGA (2018 y 2019). En esa época era conocido como El señor de los grandes, pues tenía más victorias en las citas mayores que en el resto de torneos. A Koepka parecían motivarle solo los grandes escenarios, cuando exhibía su mejor versión, la de un pegador con brazos de acero que domaba campos tan duros como los del Abierto estadounidense.

Su desembarco en la Liga saudí supuso la adquisición por parte del nuevo campeonato de uno de los mejores cromos del PGA Tour, aunque en las últimas temporadas hubiera abandonado aquella versión dominadora y su palmarés apenas registrara el Open de Phoenix de 2021. Cuando era uno de los gallos del corral, su golf era tan contundente como sus palabras. El hombre cantaba a los cuatro vientos que cuando recobrara su mejor juego no habría golfista capaz de derrotarle. Pero ese exceso de confianza y un extenso parte de problemas físicos rebajaban las expectativas a un quiero y no puedo. Así hasta el cambio de bando cuando vio el cheque de LIV Golf.

Este curso es quinto en la clasificación individual del torneo saudí, tras un 31º puesto en Mayakova, un 29º en Tucson y una victoria la semana pasada en Orlando. Ese triunfo le reforzó para atacar el Masters y conceder el primer major a los chicos de Greg Norman, consejero delegado de LIV. Precisamente el australiano, en 1996, y el estadounidense, este curso, han sido los dos únicos jugadores en la historia del torneo en entregar una tarjeta de -12 al final de las dos primeras jornadas. Koepka está listo. Rahm, también. Dos mundos chocan en Augusta.

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