Se aplicará a rajatabla el manual de supervivencia: Luis Rubiales desaparecerá unas semanas de la escena pública, esperando que las aguas revueltas se calmen como ya ha sucedido en otras ocasiones y el recuerdo de todo quede borroso: las 36 horas de máxima tensión que deslucieron uno de los momentos más importantes en la historia del fútbol español -si no el que más- por el inapropiado gesto de su máximo dirigente: el beso a Jennifer Hermoso. La película, donde ficción y realidad se mimetizan, fue tal que así.
-El beso: termina el partido y España es campeona del mundo, una hazaña imposible de imaginar hace un año, cuando la Federación recibe el famoso mail de las 15 y toma una decisión: apuesta por Jorge Vilda y aparta a las rebeldes. Volvemos al presente: Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, apenas puede controlar la emoción -directamente no la controla- y ya en el palco realiza un gesto inaceptable en presencia de la infanta Sofía y la reina Letizia, agarrándose los testículos. Después, en la ceremonia de premiación, se abraza a todas las jugadoras hasta que llega Jennifer Hermoso: coge su cabeza con las dos manos y le planta un beso en los labios. Después, ríe y ríe. En cada foto con la selección, él esta en el centro.
-Se forma la tormenta: “¿De verdad se han besado?” La pregunta que recorre las redacciones no necesita respuesta en las redes sociales, que viralizan el momento ipso facto. Y comienzan a llegar las críticas, y los primeros artículos de opinión, y el río comienza a desbordarse.
-“Eh, no me ha gustado”. El vestuario de la selección femenina no es ajeno a lo que ha pasado y en uno de los directos en redes sociales, en medio del jolgorio, las compañeras preguntan a Jenni Hermoso, cuya respuesta es más que significativa: “¿Qué hago yo…? Eh, pero no me ha gustado”.
-Sigue la broma y Rubiales se crece: el presidente de la Federación aún no es consciente de la repercusión de su gesto, quizás nunca lo fue, y cuando visita el vestuario de la selección continúa con la broma, prometiendo un viaje a Ibiza para todas las jugadoras y anunciando para tal fecha su boda con Jennifer Hermoso, a la que vuelve a abrazar. Según los expertos en comunicación no verbal de varios medios, ella acepta el abrazo pero se aparta con la cadera. No obstante, la Federación intenta contener la bola de nieve y distribuye una veloz declaración exculpatoria de Jennifer Hermoso: “No hay que darle importancia, es un gesto espontáneo”, dice la delantera madrileña.