Imaginarse un Mundial sin Estados Unidos era muy difícil, casi una quimera, hasta su duelo ante Portugal, que vivía su primera Copa del Mundo. La ‘selecçao das quinas’ llegaba al último duelo de la fase de grupos con opciones de meterse en octavos, aunque para eso tenía que vencer a la vigente campeona. Las lusas perdonaron el gol que les daba el billete a la siguiente ronda en el descuento, y solo pudieron rascar un empate que supo a gloria a EE UU, clasificada a la fase eliminatoria con el susto en el cuerpo.
El combinado portugués dejó claro desde muy pronto que no le importaba quién llegase como favorita al partido, porque en el fútbol cualquier cosa puede pasar hasta el pitido final. Empujadas por la euforia de haber conseguido ante Vietnam (2-0) la primera victoria de su historia en una Copa del Mundo, fueron con todo a eliminar a Estados Unidos, que no lo vio venir.
Las norteamericanas arrancaron con violencia: primer aviso antes de que se cumpliese el primer minuto. —un centro al área que estuvo cerca de cabecear Rose Lavelle—. No tardó en llegar el segundo —un remate de exterior de Alex Morgan que tocó en la red por fuera—. Lejos de adormecer a las lusas, verse al borde del precipicio las despertó aún más y se fueron arriba: un disparo desde el borde del área sirvió para contestar a EE UU. A partir de ahí, las portuguesas fueron un cerrojo atrás.
Una vez clara la estrategia de la ‘selecçao’, llegó el intercambio de golpes que terminó de demostrar que Portugal estaba compitiendo de tú a tú a la todopoderosa campeona. Estados Unidos atacó primero, con una dejada de cabeza de la debutante Lynn William para ponérsela en bandeja a Alex Morgan. Ni siquiera le dio tiempo a la delantera a pensar donde ponía el balón cuando la guardameta, muy atenta, ya se había hecho con él.
Entonces le llegó el turno a las europeas. Tres pases —rompiendo líneas— les bastaron para plantarse en el área norteamericana. Con todo de cara, Jéssica Silva preparó el remate, pero le salió demasiado flojo y escorado. 2-2 en las ocasiones y 0-0 en el marcador. Así se fue el partido al descanso, dejando la sensación de más peligro de Estados Unidos pero con igualdad máxima en el juego.
El regreso de los vestuarios no cambió mucho el panorama. Ambas se acercaron a territorio rival sin mucha suerte y sin hacer más méritos que su oponente para adelantarse. Y como se habían cumplido los primeros 45 minutos, se llegó al 90. Añadió ocho la colegiada, y Portugal volvió loco lo que quedaba de partido.
Encarnacao prolongó un pase en largo desde la defensa para que la cazase Capeta. Y vaya si lo hizo la delantera lusa. Como no llegó la defensa norteamericana a interceptar ese balón, Capeta hizo de las suyas en un abrir y cerrar de ojos: internada al área y remate potentísimo al palo. Era el billete a octavos. Era la eliminación de Estados Unidos. Pero no entró.
Se asustaron la campeona y su portera. Se notó en la siguiente jugada, cuando Portugal colgó un centro al área con el alma y Naeher salió en falso. El balón se paseó con la portería vacía y EE UU tuvo suerte: nadie llegó a rematar. 0-0 y pitido final. Celebró Estados Unidos —se clasifica segunda de grupo tras Países Bajos—, lloró Portugal, y las dos le hicieron un favor a España: la Roja no se medirá a las norteamericanas, mínimo, hasta ‘semis’.
