Se escapa, se va derecho Barcelona hacia el título de la Liga de España. Real Madrid se jugaba la última ficha en el bolsillo para tratar ya no de alcanzarlo, sino al menos de acortar distancias. Pero no hubo caso. El equipo de Xavi Hernández se repuso de un tramo desfavorable, ya que quedó en desventaja por un infortunio, y lo dio vuelta en la segunda mitad. La victoria blaugrana por 2-1 en el Camp Nou tuvo todo el sabor de un festejo de campeonato anticipado.
Fue el tercer triunfo de los catalanes en los últimos cuatro clásicos. Pero, sobre todo, sacó una ventaja sideral: 68 puntos contra 56, 12 de ventaja cuando quedan 12 jornadas. Lo celebró con la certeza de haber dado un paso enorme hacia la consagración. Y con el gusto de haberse recuperado después del terremoto que significaron las eliminaciones de las copas europeas, primero con un tempranero adiós en la Champions League, y luego un paso fugaz por la Europa League, eliminado a manos del Manchester United.
El Clásico dejó un resultado que es casi una sentencia, luego de un pulso electrizante, con goles de rebote, oportunismo, alguno anulado a instancias del VAR, y una gran acción colectiva que derivó en una fiesta blaugrana. Era el primer Clásico para Xavi Hernández como entrenador en el Camp Nou. De los anteriores con el técnico de Terrassa en el banquillo, tres fueron para un Barça que pone más distancia de por medio. Lo mismo sucedió con una Liga en la que el Blaugrana puso un pie y medio.
En la victoria, mucho influyó el empate de Barcelona, que llegó sobre el final del primer tiempo, con un tiro esquinado de Sergi Roberto, luego de una serie de rebotes dentro del área blanca. Ese gol, en la última jugada de la primera parte, le permitió un respiro a Barcelona, después de que Real Madrid, sin merecerlo, se había puesto en ventaja con un gol en contra Ronald Araujo tras un centro de Vinicius, que estuvo muy activo en el ataque madrileño.
Ya en tiempo de descuento, cuando se daba por bueno el empate y mantener los 9 puntos de distancia, una buena jugada colectiva del Barça hizo estallar al Camp Nou. Lewandowski se hizo espacio por la izquierda, esperó y le dio un gran pase de taco para la subida, de Balde, que vio con precisión a Kessié llegando desde atrás y lo habilitó para que ‘Il presidente’ superara a Courtois para el 2-1 final.
La Liga es el máximo objetivo que se pusieron los blaugranas para esta temporada. No está confirmado para nada, pero Real Madrid tiene mucho por remontar tras este Clásico decisivo; en todo caso a los dirigidos por Carlo Ancelotti les queda por delante la Champions League, como objetivo para nada menor.
El Barça fue mejor salvo en momentos puntuales, como en un tramo final en el que Real Madrid, con toda la pólvora en el verde tras los cambios de Ancelotti, sí pudo encerrar al local en su área y rozar el gol del triunfo. Lo consiguió inicialmente Asensio, pero en fuera de juego, y Ter Stegen tuvo las peores sensaciones de peligro en contra de toda la noche.