El Borussia Dortmund se impuso al PSG en la ida de las semifinales de la Champions League gracias a un gran gol de Niclas Füllkrug y a la escasa fortuna de los galos en la segunda parte. Eso sí, la eliminatoria queda de lo más abierta de cara al duelo de vuelta, que será el próximo martes en el Parque de los Príncipes.
El conjunto parisino pagó cara su ineficacia ante la portería de Kobel y su salida timorata al terreno de juego. Empezó mal y reaccionó bien, pero no dio en la diana con dos lanzamientos al palo de Mbappé y de Achraf, con un cabezazo clarísimo de Fabián Ruiz y con un par de disparos de Dembélé que se fueron al limbo.
Ahora, el PSG, favorito a priori en la eliminatoria, tendrá que remontar ante su público si no quiere tirar a la basura su enésimo intento de añadir a sus vitrinas su primera Liga de Campeones. El Dortmund, mientras, se frota las manos con la hazaña: nadie le esperaba en la final al inicio del torneo.
Y es que, la presión del ‘Muro Amarillo’ contagió a los hombres de Edin Terzic, que durante toda la competición ha contado con un jugador número doce impagable. Y, ante el París Saint-Germain, conscientes de que había una final en juego, se empleó a fondo para ser aún más fogoso de lo habitual. Con esa actitud, sus jugadores saltaron al césped del Signal Iduna Park prácticamente con un gol de ventaja.
Contagiados por la caldera en la que se convirtió su estadio, los mismos once hombres que acabaron con el Atlético de Madrid, iniciaron el choque con una presión asfixiante sobre el equipo de Luis Enrique, que también confió en la misma alineación que asaltó Montjuic para eliminar al Barcelona en los cuartos de final.
Ambos técnicos pensaron en aquello de “lo que funciona no se toca” y no dudaron en sacar a los mismos 22 nombres que dieron un salto de calidad hacia las semifinales. Pero, por lo menos en la primera parte, y salvo en un pequeño tramo de un cuarto de hora, los once del Dortmund fueron mucha más intensos, verticales e incisivos.
Al PSG no le funcionó casi nada. Tuvo que achicar aguas casi constantemente. Apenas Dembélé, con dos tímidos intentos desde fuera del área, apareció por las inmediaciones de la portería defendida por Kobel. Mbappé, con la lupa encima, estuvo totalmente desaparecido en combate. Y Vitinha, el metrónomo del cuadro parisino, sólo pudo dirigir el juego a su gusto durante 15 minutos de liberación en los que el Dortmund no pudo seguir el ritmo.
El Dortmund, mientras, asustó con una clara de Sabitzer, que se encontró con una buena intervención de Donnarumma en un mano a mano al cuarto de hora. Después tendría otra clarísima, al filo del descanso con un lanzamiento a bocajarro desde el punto de penalti que salvó con una estirada espectacular el portero italiano.
Al PSG no le funcionó casi nada. Tuvo que achicar aguas casi constantemente. Apenas Dembélé, con dos tímidos intentos desde fuera del área, apareció por las inmediaciones de la portería defendida por Kobel. Mbappé, con la lupa encima, estuvo totalmente desaparecido en combate. Y Vitinha, el metrónomo del cuadro parisino, sólo pudo dirigir el juego a su gusto durante 15 minutos de liberación en los que el Dortmund no pudo seguir el ritmo.
El Dortmund, mientras, asustó con una clara de Sabitzer, que se encontró con una buena intervención de Donnarumma en un mano a mano al cuarto de hora. Después tendría otra clarísima, al filo del descanso con un lanzamiento a bocajarro desde el punto de penalti que salvó con una estirada espectacular el portero italiano.