El Real Madrid tropezó este miércoles de manera estrepitosa en su visita a San Mamés con una sucesión de errores que pusieron todo de cara a un Athletic muy serio y superior en el juego (2-1). Los leones se adelantaron tras un fallo de Asencio en un despeje y Bellingham empató tras un penalti fallado por Mbappé, igualdad que tiró por tierra Valverde en na mala salida que sirvió a Guruzeta para sellar la victoria.
Los de Valverde tenían muy claro el guion: presión muy alta, asfixiante, para llevar al límite al Madrid. Así, los leones no tardaron en llegar con una internada de Berenguer truncada por Asencio y con un pase de la muerte que no llegó a Iñaki gracias a la estirada de Courtois.
Sufrieron los merengues, aunque en ese arranque frenético estuvieron cerca de golpear primero. Mbappé embocó un rechace en una jugada en la que se revisó posible penalti sobre Rodrygo y la posición adelantada del galo que luego invalidó el gol.
El Madrid consiguió desperezarse, pero el control era del conjunto vasco y las llegadas de los Williams eran puro peligro. Fue Iñaki quien, tras pinchar un balón en el área, regaló una asistencia de tacón a Berenguer, pero este la remató demasiado alta.
Hasta el descanso se firmó una surte de tregua rota a las primeras de cambio en la reanudación. El plan de la presión total de los locales surtió efecto a los ocho minutos. Iñaki la centró al corazón del área y Asencio dudó en el despeje, la dejó pasar, y la pelota apareció por sorpresa frente a Courtois. El despeje rápido fue insuficiente y el rechace quedó a merced de un Berenguer que tan solo tuvo que empujarla al fondo de la red.
El Madrid seguía a merced del Athletic y una contra de Nico Williams desveló todas las costuras de los blancos. Pese a ello, el Madrid encontró la opción de la igualada en un remate de Antonio Rüdiger al larguero en una falta botada por Rodrygo. En el salto recibió un puñetazo de Aguirrezabala que fue señalado como penalti. Volvió a fallar Kylian en un golpeo similar al de Liverpool y se esfumó de nuevo la oportunidad del empate.
Con intentonas cada vez más a la desesperada, el gol merengue llegó tras un tiro desde la frontal de Kylian Mbappé que obligó a estirarse a Aguirrezabala. El rechace lo pescó un rápido Jude Bellingham, que la embocó con un toque suave.
Parecía el momento de la rebelión blanca, de hecho Rodrygo disfrutó de una ocasión en un tiro cruzado bien despejado por el meta local, aunque el empuje de la igualada apenas le duró un minuto a los merengues.
Fue Fede Valverde quien, en una mala salida de balón, perdió el esférico ante Guruzeta. Este tan solo tuvo que avanzar hacia el área y remachar ante el indefenso Courtois para desatar la locura completa en La Catedral.
La batalla moral había quedado resuelta y Ancelotti no pudo reanimar a los suyos ni con la entrada de Güler y Endrick. La hinchada apretaba al máximo y los leones no titubearon en un enroque perfecto que sellaría una noche épica.
