La alemana y excampeona del mundo Anna-Maria Wagner volvió a lo más alto con su victoria en menos de 78 kilos.
La tercera y última jornada del Grand Prix de Yudo de Alta Austria se presentaba llena de emoción, y lo cierto es que no defraudó.
A la entrada del TipsArena, dos medallistas olímpicos como Michaela Polleres y Shamil Borchasvili daban la bienvenida a un público entusiasmado por poder estar cerca de sus yudocas favoritos.
Ya sobre el tatami, dos veteranos se daban cita en la primera final del día, la de menos de 90. Krisztian Toth y Axel Clerget mostraron su buena sintonía, bromeando mientras se decidía quién obtenía la puntuación.
La victoria final fue para el húngaro, pero lo cierto es que ambos ganaron, demostrando por qué el yudo es tan apreciado por sus valores de amistad y respeto.
La categoría de menos de 78 vivió por su parte la revancha de la final mundial de 2021, con la excampeona mundial, la alemana Anna-Maria Wagner, de nuevo en su mejor nivel, contrarrestando los ataques de la francesa Madeleine Malonga para asegurarse la medalla de oro.
La supervisora de arbitraje de la FIJ, Tina Trstenjak, hizo los honores en el podio.
“Ha estado muy bien”, confesaba Wagner, “ha venido mucha gente de mi país y también mis padres, así que ha sido muy bonito”.
Tras una jornada sobresaliente, el brasileño Leonardo Gonçalves se hacía con el oro de menos de 100, en su caso contra el alemán Louis Mai. Tras su triunfo, muchos aficionados aprovecharon la gran oportunidad de conseguir la firma de una de las estrellas del día.
El último combate femenino del día fue el de la final de más de 78, ganada por la japonesa Ruri Takahashi gracias a una rápida transición al suelo.
El supervisor de arbitraje de la Federación Internacional de Yudo, Giuseppe Maddaloni, colgó a Takahashi su medalla dorada.
El bicampeón olímpico Lukas Krpalek volvía a la categoría de más de 100 kilos, después de haber competido hace dos semanas en menos de 100, durante los Campeonatos del Mundo.
El checo se llevó un oro táctico ante el alemán Losseni Kone, dando a su país su única medalla en este Grand Prix. Esta fue entregada en el podio por el director de Arbitraje de la FIJ, Armen Bagdasarov.
“Me gusta la gente austriaca”, decía después el campeón, “el ambiente austriaco y también la liga austriaca. Por eso vengo aquí, y por eso compito en esta competición. Porque me encantan todos los torneos que se celebran en este país”.
Tras el oro conseguido el viernes por Austria, los aficionados locales tenían ganas de más medallas, y sus yudocas no les defraudaron.
Thomas Scharfetter puso al público en pie con un bronce que ponía un gran broche a tres días de fantástico yudo en Alta Austria. Gracias Linz, y hasta la próxima.