Una única ley se siguió en Auckland este miércoles: la que España dictó. Fue la del dominio del juego y los goles. Y con ella dejó claro que es una firme candidata a este Mundial. La Roja lo demostró con una ‘manita’ a Zambia para cerrar una victoria que certifica el billete a octavos y el liderato del grupo antes de medirse a Japón en la última jornada.
Eden Park y sus 23.000 espectadores fueron testigos del huracán con el que la selección sometió a las ‘reinas de cobre’ en el regreso de Alexia Putellas a la titularidad —una gran noticia tras su lesión—. Con un juego asociativo y vertical, el equipo de Vilda conquistó la posesión, ahogó en ocasiones claras —aunque sin acierto— a las zambianas y atrás se convirtió en un muro en el que se estrellaron las pocas intentonas de su rival en la primera media hora de juego.
Sobrevolaron los fantasmas de la falta de puntería del debut en las dos primeras oportunidades: un remate fuera de ‘la Reina’ —muy activa en tres cuartos de campo liderando el peligro de España— y un disparo a las nubes de Salma Paralluelo. Pero a la tercera fue la vencida: Tere Abelleira clavó un latigazo en la escuadra tras una gran combinación de la selección y adelantó a la Roja en el marcador.
A los cuatro minutos ya se había movido el luminoso de nuevo. Había aparecido la máxima goleadora de la Roja en su historia, Jenni Hermoso. La delantera del Pachuca, que arrancó el partido como referencia arriba, puso en la red un balón bombeado de otro icono, Alexia. Así comenzó la celebración de sus 100 partidos con la elástica española —después haría otro en un rebote y ya van 50 goles— y el letargo del equipo de Vilda, que a partir de entonces se desordenó, perdió brillantez y empezó a permitir los acercamientos de Zambia hasta el descanso.
El regreso de los vestuarios, pese a los tres cambios —Oihane, Alba Redondo y Eva Navarro por Ona Batlle, Alexia y Salma— no cambió la cara de la Roja y el técnico volvió a actuar: Irene Guerrero, a escena. Ahí estuvo la clave. La centrocampista mejoró a España, y la delantera del Levante, en punta tras la corrección táctica del seleccionador —retrasó la posición de Jenni—, remató la tarea.
Un doblete firmó la Pichichi de la Liga F. Y no uno cualquiera. Dos obras de arte que explican su presencia entre las 23: en los dos (el tercero y el quinto) regateó en el interior del área. En el primero, engañó a la portera, y en el segundo, a una defensora. La mitad de ambos tantos, eso sí, pertenecen a Eva Navarro, que se inventó dos pases en profundidad espectaculares, a la altura de muy pocas futbolistas.
Lo único negativo del partido de la Roja fue la lesión en el tobillo de Athenea del Castillo ya en el tiempo extra —añadió ocho minutos la colegiada—. Pintaba feo, pues la delantera del Real Madrid salió del campo en brazos del cuerpo médico con lágrimas en los ojos, aunque Vilda tranquilizó más tarde: “A priori, no parece demasiado”.
