La noticia de los dos positivos de Jannik Sinner, N.1º mundial, en test antidoping del pasado mes de marzo paralizaron este martes la actualidad del deporte. El italiano ha sido declarado no culpable, pero las incógnitas de su caso han desatado una oleada de opiniones y de sospechas a las que aún no se ha dado respuesta. Esto es todo lo que se sabe del caso de dopaje deportivo más notorio de los últimos años:
El caso conocido este martes se remonta al pasado mes de marzo, cuando, en plena disputa del Masters 1.000 de Indian Wells, Jannik Sinner se somete a un test antidopaje con resultado positivo por una nimia cantidad de Clostebol. En ese momento Sinner no es notificado del resultado de la prueba.
Sinner cayó en semifinales ante Alcaraz antes de poner rumbo al Masters 1.000 de Miami, torneo que ganó antes de ser sometido a una segunda prueba saldada con un nuevo resultado positivo en la misma sustancia. En ningún momento se le aplica la suspensión cautelar que contempla el reglamento y que se ha aplicado con otros tenistas en los últimos años.
En el momento en el que Sinner recibe la noticia se encuentra en plena disputa del Masters 1.000 de Madrid, torneo que abandona repentinamente en cuartos debido a una supuesta dolencia en la cadera. Tampoco jugó en Roma y el paso de los días, en un silencio extraño, llevó a muchos a pensar que no llegaría en forma a Roland Garros.
Sin embargo, la actividad de Sinner durante todo ese tiempo no tuvo nada que ver, presumiblemente, con un proceso de recuperación, sino con el proceso de presentación de las alegaciones, junto a sus abogados, para detener la suspensión provisional por dopaje. Logró alegar su coartada: un contacto accidental con una pomada para las heridas utilizada por su masajista que contenía dicha sustancia.
Su regreso no es ni mucho menos el esperado —curiosamente marcado por la ausencia de su fisioterapeuta en su box de asistentes— y tras su derrota en la segunda ronda del Masters 1.000 de Montreal en Canadá estalla en una rueda de prensa en la que alega haber lidiado con “problemas mentales” que han afectado a su rendimiento.
Tras resolver el asunto de manera definitiva ante un tribunal independiente que ratificó su coartada y le declaró ‘no culpable’ de los dos positivos por dopaje, Sinner regresa por todo lo alto en Cincinnati y conquista el torneo. Dos días después, estalla la bomba.