Suspensión provisional para Imogen Simmonds, séptima mejor triatleta del mundo según el ránking PTO, tras haber dado positivo por ligandrol en un control antidopaje antes del Campeonato del Mundo Ironman de Taupo. Unos resultados que la suiza ha achacado a las relaciones sexuales con su pareja, que consumía esta sustancia.
A través de un extenso comunicado difundido en sus redes sociales, Simmonds ha asegurado que se sintió “atónita y desolada” al recibir la noticia de que había dado “positivo por un metabolito de ligandrol en niveles de picogramos”, lo que equivale “a una pizca de sal en una piscina olímpica y que nunca me habría proporcionado ningún beneficio para mejorar el rendimiento“, ha asegurado.
“No tenía ni idea de qué sustancia era ni de cómo había podido entrar en mi organismo”, ha añadido, al mismo tiempo que ha explicado que inmediatamente contrató a un abogado e inició una investigación para descubrir qué había ocurrido. “Sin que yo lo supiera, mi pareja de toda la vida había estado ingiriendo ligandrol para ayudar a mejorar su propio físico personal alrededor de la época de la prueba positiva”, ha explicado.
En este sentido, la triatleta ha detallado que tanto su pareja como ella se sometieron a análisis con muestras de pelo cuyos resultados probarían su inocencia, pues su test dio negativo, mientras que el de su compañero fue positivo. Además, Simmonds ha recordado que dio “negativo en un control antidopaje seis días antes y 22 días después”, y ha precisado que mantuvieron “relaciones íntimas tanto el día de mi control antidopaje del 8 de diciembre de 2024 [cuando dio positivo] como el día anterior”.
De este modo, y dado que la deportista suiza y su equipo concluyen que la sustancia llegó a su organismo “a través de la transferencia de fluidos corporales”, ha anunciado la contratación del “mejor experto del mundo” para demostrar su inocencia, así como que proporcionará pruebas a Ironman y la ITA.
“Me he sometido a pruebas con regularidad tanto dentro como fuera de competición durante los últimos años y siempre he obtenido resultados negativos, por lo que este caso ha sido una pesadilla para mí y algo con lo que nunca imaginé que tendría que lidiar en mi vida. Me tomo muy en serio mis obligaciones antidopaje y creo firmemente en el deporte limpio, por lo que asociar mi nombre a una sustancia prohibida me rompe el corazón”, ha expresado Simmonds, que ha deseado que su “historia pueda ayudar a concienciar sobre esta forma de contaminación”.
