El Sevilla – Real Madrid se zanjó con empate a uno y reparto de puntos, pero la historia pudo ser bien distinta en el Sánchez-Pizjuán, donde el conjunto blanco vio como anulaban dos goles, de Valverde y Bellingham, y no se señalaba un posible penalti sobre Vinícius Jr.
Estas tres decisiones arbitrales son las que han indignado a la entidad merengue y, sobre todo, al madridismo, que en redes sociales ha puesto en entredicho el arbitraje de De Burgos Bengoetxea sobre el terreno de juego y de Alejandro Muñiz Ruiz desde el VAR.
La primera polémica llegó cuando no se habían cumplido ni cinco minutos de partido. Fue el propio Fede Valverde el que inició la jugada, metiendo el balón al área de cabeza tras un saque de esquina. El balón se quedó suelto en el área pequeña, lo ganó Bellingham, a quien Nyland no quiso encimar demasiado por miedo a un penalti, y volvió a los pies del charrúa casi en línea de fondo.
No se lo pensó dos veces el uruguayo: disparó flojito al palo contrario para que el cuero entrase con suspense. Celebró con todo Valverde, pero la euforia duró poco porque en la sala VOR apreciaron un milimétrico fuera de juego del inglés —que pone en duda un vídeo captado desde las gradas— cuando la jugada se desplazaba fuera del área y el tanto se cayó del marcador.
Apenas habían transcurrido otros cinco minutos de encuentro cuando se produjo la segunda acción controvertida de la tarde en Sevilla. El Real Madrid montó una rapidísima contra que se inició con un despeje de Rüdiger a la altura del área de Kepa y terminó con Bellingham marcando tras una dejada de tacón de Rodrygo.
Tampoco valió ese tanto porque la acción estaba invalidada desde el despeje del alemán, que había chocado con Ocampos golpeándole con la rodilla. El argentino se quedó tendido sobre el verde doliéndose y, aunque De Burgos Bengoetxea había dado continuidad a la jugada en primera instancia —llegando a pedirle a Ocampos que se levantase—, segundos después decidió detener el juego para interesarse por el estado del medio sevillista sin que los futbolistas del Real Madrid lo apreciasen.
Antes de que terminase la primera parte, llegó la tercera decisión que reclaman desde el conjunto blanco: un posible penalti sobre Vinícius. El brasileño quiso regatear a Jesús Navas echándose el balón largo, y cuando pisaba área, el lateral derecho hispalense le cargó ligeramente por detrás, golpeándole en la cadera con el cuerpo y desestabilizando al delantero madridista, que termina tendido sobre el césped. Ni el colegiado de campo ni el del VAR apreciaron nada punible en la acción.
Desde el club blanco no se explican el arbitraje del partido, y apuntan a que “jamás hemos vivido algo parecido”, al mismo tiempo que ironizan con lo ocurrido: “Perfecto trabajo en equipo”, señalan, según informa el periodista José Félix Díaz en Marca.
También Carlo Ancelotti optó por la sorna para valorar la actuación arbitral: “El árbitro me ha gustado al cien por cien”, aseguró el italiano en rueda de prensa. “La ironía es la única manera después de este partido”, confesó más tarde en Real Madrid TV, “porque si digo lo que pienso del arbitraje, me caen muchos partidos”.
