Una actuación magistral de Robert Lewandowski sirvió este domingo al Barça para resolver en casa el derbi catalán ante el Girona. El ariete polaco, que busca la bota de oro en el momento más dulce de su carrera, embolsó un doblete con el que aplacó las ganas de remontada del conjunto de Míchel y enseñó el camino directo a la conquista de LaLiga a sus compañeros.
La precocidad es la característica más destacada de un Barça imparable esta temporada, aunque este domingo, en Montjuic, el dueño y señor del partido fue un veteranísimo Robert Lewandowski que se echó el equipo a la espalda para mostrar el camino de la goleada al Girona (4-1). El polaco, lanzado también a por la conquista de la Bota de Oro con su doblete, fue el hombre referencia de un equipo que cada vez está más cerca del título.
Los ‘juveniles’ de Flick fueron los más activos en un arranque asfixiante de los locales. Gavi, Lamine y Fermín tuvieron las más claras, y al Girona, completamente superado, no le quedó otra que confiar ciegamente en un Gazzaniga bendecido.
El meta argentino salvó ocasiones de todos los colores, también las dos más claras: un mano a mano ante Lewandowski y un gran remate de Araujo en un córner.
En el asedio también hubo espacio para la polémica, una falta a Fermín en el borde del área revisada en el VAR por potencial penalti y finalmente rearbitrada como falta en ataque del jugador blaugrana.
Parecía complicado que el Barça no llegara al descanso con una renta cómoda, pero lo cierto es que, aunque los visitantes apenas olían la pelota, los culés no encontraban puerta.
Koundé fue el primero en anotar a los cuarenta minutos de juego, un gol anulado por un ajustado fuera de juego previo. Fue el aviso anterior al gol, logrado por Lamine tres minutos después en una falta lateral que tocó en la mano de Krejci antes de colarse mansamente en la meta del Girona.
La ventaja era corta, muy corta, y los visitantes lo aprovecharon justo tras salir de vestuarios. Con la presión alta, robaron un balón que acabó en los pies de Danjuma. El ariete estaba siendo de lo mejor del equipo gerundense y lo demostró con un tiro raso y cruzado que puso el partido patas arriba.
Se lo empezó a creer el Girona y dio un paso adelante. Un runrún recorría la grada, la victoria, tras los tres puntos logrados por el Madrid ante el Leganés se tornaban fundamentales.
El guión de partido también dio espacios a los culés y el tiro de Eric García repelido por el poste derecho fue demostración de que el Barça seguía con el colmillo afilado.
De hecho, fue en la jugada siguiente cuando Lewandowski cazó un balón bombeado por Fermín en área y con una extraña maniobra aérea logró colar el esférico por debajo de las piernas de Gazzaniga.
El polaco volvió a poner el marcador a favor, algo que no amilanó a los visitantes. Iñigo Martínez y Araujo cortaron dos balones peligrosos en el área y frenaron así a un Danjuma ansioso por el empate.
Hasta el 76’ imperó un clima extraño en un partido para nada resuelto. Ese fue el minuto de la sentencia de Robert Lewandowski, un gol transformado en una contra perfecta de De Jong remachado con el tiro raso y cruzado a la derecha desde el perfil izquierdo del área.