Rafa Nadal se retira temporalmente. Su cuerpo ha dicho basta tras más de dos décadas en las que no ha dejado de rellenar de trofeos sus vitrinas y ahora ha anunciado que dejará de competir durante varias meses, pero con el objetivo de volver a final de 2023 o en 2024, según le dicte su cuerpo. Le quedan objetivos por competir, y el balear se resiste a dejar definitivamente el tenis profesional.
Nadie le puede reprochar nada al manacorí, pero tampoco nadie duda de que la ambición infinita de Rafa probablemente le haga pensar en las pequeñas ‘espinitas’ que no ha podido quitarse y que quizás le animen a seguir para tratar de conseguir en el último año en el que le gustaría competir. Tan solo cuatro títulos se han quedado por ahora fuera de su museo, además de una hazaña histórica que persigue, pero que no ha sido, por ahora, capaz de alcanzar.
El ganador de 22 Grand Slams y hombre con más semanas seguidas en el Top-10 del ránking (912) nunca ha conseguido el trofeo que cada año acredita al mejor jugador del año, la Copa de Maestros. Con seis se retiró Federer, las mismas acumula Novak Djokovic hasta ahora, pero el certamen celebrado cada mes de noviembre siempre ha sido un escollo insalvable para Nadal.
La acumulación de desgaste físico de todo el año y las condiciones poco favorables para su juego -en pista rápida y cubierta- le han impedido hacerse con un trofeo que estuvo cerca de conquistar en dos ocasiones. En 2010 se lo arrebató Federer (6-3, 3-6, 6-1) y tres años después, en 2013, Djokovic (6-3, 6-4).