Luis de la Fuente deseaba el jueves en rueda de prensa que la selección española hiciese olvidar al mundo del fútbol la polémica del registro de la Guardia Civil en la sede de la RFEF y los domicilios de distintos directivos actuales y antiguos.
Si el seleccionador quería que el mero fútbol de la Roja fuera algo digno de admirar y meritorio de ignorar los problemas de la Federación, con seguridad habrá salido del Estadio Olímpico de Londres por lo menos desilusionado con el 0-1 que le da la victoria a Colombia.
A pesar de ser ‘solo’ un amistoso, su cercanía a la Eurocopa, siendo considerado una antesala directa, y la esperpéntica situación de la Federación Española hacen que este partido, que se queda corto, sea un motivo para sacar las banderas amarillas: precaución.
La primera parte sí tuvo color español, pues Colombia era incapaz de generar peligro. La posesión era para España, aunque más allá de un cabezazo del debutante Vivian, el combinado ibérico no logró apenas acercarse con intención a la meta rival.
En la segunda parte, la selección cafetera metió una marcha más, y apenas tardó un cuarto de hora Daniel Muñoz en batir a Remiro con un remate acrobático fruto del centro de Luis Díaz, un auténtico dolor de cabeza para la defensa española.
Durante esa segunda mitad, James Rodríguez fue protagonista en el centro del campo, jugando como si de sus mejores años se tratase, y estando a punto de marcar un golazo espectacular desde fuera del área, aunque su intento fue rechazado por Remiro.
El ingreso de Lamine Yamal, Morata, Nico Williams o Cubarsí, que se ha convertido en el segundo jugador más joven en jugar con La Roja, no fueron suficiente para darle algo de vida a una selección que bajó los brazos demasiado pronto, sin más ocasiones en todo el partido que una volea de Gerard Moreno.