Simone Biles nunca se fue, así lo demostró este domingo con un nuevo hito que la aúpa a lo más alto del Olimpo de la gimnasia mundial, el salto más difícil de la historia nunca antes ejecutado por una mujer que a partir de ahora llevará su nombre: el ‘Biles II’.
Lo llevó a cabo en Amberes, en la clasificación del Campeonato del Mundo en disputa ahora en Bélgica que pasará a la historia por un ejercicio que ha roto los esquemas de la gimnasia femenina. Un Yurchenko con doble mortal carpado con el que obtuvo una puntuación de 6,4 puntos, 0,4 puntos por encima del ‘Produnova’ ejecutado por Yelena Serguéyevna Produnova.
Tras la petición de Biles en el registro previo, la organización del Campeonato del Mundo advirtió que una ejecución sin fallos colocaría el movimiento en lo más alto de la lista de la gimnasia femenina, un hito que requería, además, un aterrizaje perfecto de tan solo uno o dos pasos.
Y así lo hizo la insuperable Biles tras ejecutar una entrada al potro de espaldas, seguida de dos volteretas con las piernas totalmente estiradas, y caer en la colchoneta en dos pasos. El resultado: 15.266 puntos de 16.400 posibles -por aterrizaje imperfecto con paso atrás y asistencia de su entrenador-, la mejor nota de toda la sesión.
Con este salto, Biles, de vuelta en la competición de mayor nivel tras una larga ausencia por motivos de salud mental, rompió una barrera tan solo explorada en la gimnasia masculina. Un salto que llevaba practicando desde 2016 -con la mira puesta en Tokio 2020- y que había ejecutado en varios campeonatos nacionales de Estados Unidos antes de llevarlo a cabo en una competición internacional, requisito fundamental establecido por la Federación Internacional de Gimnasi (FIG) para que este sea reconocido y reciba el nombre de su ejecutora.