Este fin de semana arranca la 79 edición de la Vuelta a España, con salida en Lisboa. Desde allí no partirán tres de los ciclistas más importantes del mundo: ni Tadej Pogacar ni Jonas Vingegaard ni Remco Evenepoel competirán este año en la carrera ciclista más importante de nuestro país, lo que abre la puerta a nuevos candidatos al maillot rojo.
En condiciones normales, el gran favorito al triunfo final debería ser el esloveno Primoz Roglic, que ha ganado un Giro y tres veces la Vuelta, lo que le lleva a aspirar con igualar al español Roberto Heras con cuatro. Sin embargo, las dos caídas que ha sufrido esta temporada obligan a ser cautos sobre el papel que puede desempeñar en la prueba por las condiciones físicas con las que la afronta.
La caída en abril en el maldito descenso de Olaeta en la Itzulia, en el que salieron dañados muchos de los grandes nombres del pelotón mundial como Vingegaard o el propio Roglic, que terminó abandonando, hizo dudar de su presencia en el Tour, donde sufrió un nuevo batacazo.
El vigente ganador de la Vuelta, el estadounidense Sep Kuss, debe confirmar que su triunfo en 2023 fue algo más que el verse arropado por un potentísimo equipo que hizo historia al ganar las tres grandes con tres corredores diferentes. De hecho en su escuadra apuntan que la joven esperanza belga, Cian Uijtdebroeks, parte sin ningún tipo de supeditación al de Durango. Ojo con él.
En la inscripción de la Vuelta figuran hasta nueve ciclistas que han firmado el top-7 en el Giro o en el Tour tras el intratable Pogacar: Daniel Felipe Martínez (Red Bull-Bora), Ben O’Connor (Decathlon), Antonio Tiberi (Bahrein), Thymen Arensman (Ineos) y Einer Rubio (Movistar) fueron segundo, cuarto, quinto, sexto y séptimo en el Giro. Joao Almeida (UAE), Mikel Landa (Soudal-Quick Step), Adam Yates (UAE) y Carlos Rodríguez (Ineos) en el Tour acabaron cuarto, quinto, sexto y séptimo.
Todos ellos conforman un selecto grupo al que se le presenta una de las escasas ocasiones que ofrece el ciclismo moderno de trabajar para ellos mismos en lugar de hacerlo incondicionalmente para su líder.
Ahora, sin Pogacar, Vingegaard ni Evenepoel, será el momento de poder demostrar si son capaces de soportar el peso de la responsabilidad, o les falta ese punto de calidad imprescindible para poder hacerse con una grande.