El Atlético de Madrid no pudo empezar con buen pie su andadura en la edición 2023-2024 de la Liga de Campeones y se tuvo que conformar con sumar un punto en su visita a la Lazio italiana, por culpa de un gol en el minuto 95 del portero local, Ivan Provedel, que dejó en nada la ventaja obtenida por un gol de rebote de Pablo Barrios.
El equipo rojiblanco no pudo darse un respiro en el Olímpico de Roma, a donde llegaba tras una dura derrota ante el Valencia, y cuando ya acariciaba una victoria balsámica, apareció la cabeza del guardameta para quitarle un premio por el que había luchado en un partido con una gris primera parte y una segunda mucho mejor donde tuvo buenas ocasiones para sentenciar.
Sin embargo, su ventaja llegó precisamente en el primer tiempo por medio de Barrios, el futbolista más joven, con 20 años y 96 días, en marcar para los colchoneros en Champions, ayudado por una pierna amiga y cuando más incómodo estaba su equipo, que sigue con dudas antes del derbi del domingo.
El Atlético alargó sus malos síntomas mostrados en Mestalla en los primeros 45 minutos, aunque se fue a los vestuarios con un preciado botín, prácticamente en su único disparo a puerta. Los rojiblancos, con la principal novedad de Samuel Lino en el carril izquierdo, no le cogieron el pulso al encuentro y la Lazio se hizo pronto con el dominio en el Olímpico.
El conjunto de Mauricio Sarri fue el que más lo intentó y el que más se acercó a las inmediaciones del área rival, eso sí, sin notables ocasiones en su contador. Ciro Immobile dio el primer aviso en un balón largo que no terminó de bajar bien molestado por Axel Witsel cuando estaba solo ante Jan Oblak. Esto afianzó a los locales, con una marcha más ante los colchoneros, cuyo mediocampo no carburaba.
El Atlético se vio metido muy pronto en su campo y privado del balón. Las acometidas de la Lazio no terminaban de ser serias y, pese a los problemas, Antoine Griezmann, en una jugada de pocos toques, gozó del mejor acercamiento, pero se resbaló inoportunamente cuando podía haber llevado más peligro.
Un potente disparo de falta, demasiado centrado y ‘fácil’ para los guantes de Oblak, de Zaccagni, y una estética volea de Luis Alberto que se fue cerca del palo fueron las siguientes buenas opciones del equipo romano que, contra todo pronóstico, se vio por detrás en el marcador. El joven Pablo Barrios apareció en la frontal para disparar, con la fortuna de que Kamada desviar el balón a la red y dar ventaja a los visitante.
La desventaja hizo daño a la Lazio. Pese a que tuvo aún una buena ocasión con Witsel metiendo un pie providencial para evitar el remate cercano de Kamada, se fue desinflando, aunque el Atlético tampoco lo aprovechó para meter más miedo antes del descanso, tras el cual Simeone tuvo que retocar su equipo por un nuevo problemas físico, en esta ocasión de Barrios.
José María Giménez entró por el canterano y Witsel ocupó el sitio de este en el medio de un equipo que salió con mejores sensaciones, con más protagonismo para Griezmann, y más ritmo, pero que estuvo a punto de recibir el empate tras un error en la salida de balón de Oblak. La pelota le volvió muy franca a Immobile, pero este no remató demasiado bien pese a su condición de ‘depredador’ del área y el esloveno lo enmendó.
La réplica rojiblanca fue instantánea. Una internada de Llorente por la derecha terminó con un pase muy claro para Griezmann, pero el francés tampoco estuvo fino y remató muy por encima del larguero. El partido ya tenía dos direcciones en el Olímpico, donde también los espacios comenzaban a aparecer paulatinamente, y el Atlético pudo aumentar su ventaja.
Morata se topó, tras un rebote, con el palo, y luego no peinó lo suficiente un ‘envenenado’ centro de Griezmann y Provedel desvió la pelota. Más clara fue la de Lino tras una buena ‘contra’ colchonera, abortada por la valiente salida del portero local para tapar el disparo del portugués.
Un Witsel ‘tocado’ tuvo que dejar su puesto a Ángel Correa y a modificar de nuevo el esquema del ‘Cholo’ para el cuarto de hora final. El Atlético aguantó y pese a dos afilados disparos de Luis Alberto y Cataldi, ya estaba a punto de sonreír cuando el centrocampista español encontró a un providencial Provedel para desatar la euforia en el Olímpico ya sin tiempo para nada más.