Brasil empezó a diseñar por primera vez un plan para su relación con China, coincidiendo con el regreso a la Presidencia del país de Luiz Inácio Lula da Silva, y es algo que puede favorecer el desarrollo de Brasil, según explicó a Xinhua la economista y profesora en Relaciones Internacionales de la Universidad Federal del ABC (Ufabc), Valéria Ribeiro.
“Uno de los principales objetivos del Gobierno de Lula es intentar pensar un poco más estratégicamente la relación con China, nuestro mayor socio comercial, sobre dónde queremos inversiones chinas, cómo podemos atraer estas inversiones y cómo pueden favorecer no solo los objetivos de expansión de las empresas chinas, sino cómo pueden favorecer también el desarrollo nacional brasileño”, dijo Ribeiro en una entrevista a Xinhua.
“Creo que esta ha sido la gran novedad del relanzamiento de las relaciones China-Brasil este año. Es demasiado pronto para poder entenderlo, y la propia dinámica del Gobierno de Lula, elaborando su propio plan general de desarrollo también nos ayudará a resolverlo”, agregó.
“Lo que ocurre es que todos los que estudiamos las relaciones brasileñas siempre nos fijamos en el hecho de que Brasil no sabe lo que es China, no tenemos un plan, no tenemos una estrategia, pero el hecho es que si no se tiene un plan de desarrollo nacional, no se tiene un plan para ningún país”, comentó Ribeiro.
Para la profesora en Relaciones Internacionales, este mayor intento de descubrir lo que China puede hacer por el desarrollo nacional de Brasil también viene acompañada de la propia evolución del gobierno a la hora de descubrir estos planes, estos planes para Brasil.
Ribeiro resaltó, asimismo, el hecho que “el principal centro de las relaciones entre Brasil y China siempre ha sido el agronegocio, y el reto en los próximos años es ampliarlo a otros sectores, como la industria”.
“Creo que Brasil, bajo el gobierno de Lula, se ha esforzado por diseñar, digamos, una política de desarrollo económico que es muy interesante porque está estrechamente vinculada a estas posibilidades de explorar, por ejemplo, la transición energética, de vincular la necesidad de desarrollo tecnológico con cuestiones de recursos naturales y la transición energética, aunque todo ello corre un grave riesgo debido a cuestiones fiscales, a las políticas de ajuste económico”, alertó.
En este sentido, consideró que Brasil puede beneficiarse de la mayor y mejor planificación china.
“China sabe lo que quiere de América Latina y Brasil. Tiene un diseño, tiene un plan, y este plan, que en realidad se expresa en la propia política exterior de China hacia Brasil y América Latina, sigue la trayectoria de crecimiento de China. China atraviesa diferentes etapas de crecimiento”, comentó.
Para Ribeiro, “al principio, en la década de 2000, este crecimiento estaba muy vinculado al acceso a los recursos primarios. Esto sigue siendo así porque China necesita nuestros recursos. Luego está la propia inversión directa china, que no es solo una cuestión de importar, sino también de tener acceso a empresas relacionadas con la energía. Ahora creo que China se encuentra en un momento que podemos llamar de cierta transición, un cambio estructural que hace que el país tenga objetivos muy claros de convertirse en una potencia tecnológica”, agregó.
Según la entrevistada, América Latina sigue siendo muy estratégica para China, no solo porque mantiene la necesidad de inversión directa en el sector energético en productos primarios, sino porque es un mercado de consumo importante. “Así que tenemos empresas como Huawei, por ejemplo, que están expandiendo mucho sus operaciones en Brasil en términos de la propia infraestructura 5G, pero también en términos de diversos servicios en el área digital. Tenemos empresas como Alibaba, que ve a Brasil como un mercado importante”.
“Eso significa expandir esta infraestructura y de alguna manera utilizar a América Latina como un espacio en el que China pueda lograr sus objetivos. Esto tiene que ver con la expansión de la propia tecnología china, quizás con cables de fibra óptica, con acuerdos para la construcción de bases satelitales, así como el propio mercado de consumo latinoamericano. Creo que en este sentido Brasil tiene que entender muy bien cómo puede aprovechar esta nueva fase de China”, aseveró.