Antes de que finalice esta semana tendrá lugar el halving de Bitcoin, el evento en el calendario más importante para la criptodivisa. No hay un día definitivo porque el halving ocurre cada 210.000 bloques minados (aproximadamente cada cuatro años, coincidiendo, por cierto, con los ciclos electorales estadounidenses). “Al ritmo de validación actual se estima que será el día 20 o, quizás más probable, el día de antes”, el 19 de abril, apuntan distintas firmas de análisis.
¿En qué consiste el halving de Bitcoin? Esta criptodivisa no se crea de la misma manera que el dinero tradicional, que depende de la velocidad a la que los bancos centrales de cada país o región hayan decidido imprimir sus billetes. Los bitcoins son el resultado del trabajo de los mineros que descifran cada bloque (una gesta cada vez más complicada) y que queda registrado en la red de blockchain (o cadena de bloques). Pues bien, este esfuerzo tiene también su recompensa y es el número de bitcoins que reciben cada vez que logran completar uno de estos bloques, aunque según va avanzando el tiempo el premio a percibir es menor. Y, de hecho, está ya todo escrito. “La oferta máxima de bitcoins está cerrada en 21 millones, pero debido a que se ha diseñado un mecanismo no lineal tomará 100 años llegar hasta ahí, aunque solo hayan sido 15 años los que se han necesitado para alcanzar los 19,6 millones de tokens” en la actualidad, señalan desde Julius Baer.
El halving, del inglés halve o dividir por la mitad, consiste sencillamente en eso, en que cada cuatro años la recompensa que obtienen los mineros se reduce al 50%. En 2024 tendrá lugar el cuatro halving de Bitcoin en el que el premio por cada bloque pasará de 6,25 bitcoins a 3,125. Hasta la fecha, según explica Bit2Me, las recompensas habían pasado de los 50 bitcoins por bloque desde 2009 a 2012, cuando cayó a los 25 bitcoins; en 2016 se redujo a 12,5 y en 2020, a 6,25, que es el cambio que se mantendrá hasta finales de semana.
Los expertos coinciden en dos aspectos: en que el halving es un episodio alcista desde que comenzó a producirse y en que este año el Bitcoin debería alcanzar la cota histórica de los 100.000 dólares al cambio (de la que le separa un 42% de subida adicional). En marzo la divisa digital consiguió superar los 73.000 dólares y ha doblado su cotización en los últimos doce meses tras la abrupta caída que sufrió un año atrás (un 130% al alza). Pero el halving no es un acontecimiento que provoque al día siguiente una subida en vertical; actúa, más bien, como lo hacen los tipos de interés sobre la economía, de forma progresiva e ininterrumpida, explican desde Bitpanda. En las últimas tres ocasiones en las que se ha producido, el balance para el Bitcoin un año después era de ganancias astronómicas que le llevaron de los 12 a los 1.130 dólares a partir de 2012; de los 630 a los 2.880 desde julio de 2016 al verano siguiente; y de los 9.500 a los 66.700 de 2020 a 2021, según cifras publicadas por Julius Baer. Ahora bien, los niveles de los que parte en esta ocasión son mucho más altos con lo que los analistas esperan, también, subidas más moderadas.
En el universo Bitcoin se unen dos elementos que son alcistas, per se, para el criptoactivo. El primero de ellos es una situación estructural que lleva sucediendo desde su creación y no es otro que la escasez de oferta. “Los tenedores a largo plazo de Bitcoin continúan creciendo”, señala la casa suiza y esto supone que “el 80% del suministro de tokens haya sido ilíquido durante más de seis meses”, es decir, que solo se ha negociado el 20% de los bitcoins que existen en el mercado en el último medio año. Un 70% de estos criptoactivos no se han intercambiado de manos desde abril de 2023.
A la escasez de oferta se suma una demanda en aumento. El regulador de la Bolsa estadounidense, la SEC (Securities and Exchange Commission), ha aprobado once nuevos ETFs sobre Bitcoin al contado desde comienzos de año. “Algunos de ellos han batido todo tipo de récords en volúmenes, entradas y activos desde el inicio (…) El activo ha encontrado su camino” en un nuevo contexto para los inversores a la hora de construir sus carteras que ven en la cripto o una reserva de valor -como sucede con el dólar o con el oro, también en máximos históricos- o, sencillamente, una forma de diversificar sus inversiones, como también hacen al incluir países emergentes, activos inmobiliarios o fondos alternativos de capital privado. Para los analistas de Bitpanda esta tendencia no solo es alcista sino que, principalmente, el hecho de que los grandes inversores institucionales participen del Bitcoin “supone un factor clave que contribuirá a la disminución de la volatilidad” en un activo que en su corta trayectoria ha dado muchas alegrías y algunos sustos de mercado a sus inversores.