Tras las duras negociaciones para alcanzar un acuerdo preliminar con la Casa Blanca sobre el límite de endeudamiento de Estados Unidos, el próximo reto para el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, es conseguir que se apruebe en el Congreso, donde los republicanos de línea dura ya amenazan con hundirlo.
Mientras los negociadores demócratas y republicanos liman en los próximos días los últimos detalles de un acuerdo para suspender el límite de endeudamiento del Gobierno federal, que asciende a 31,4 billones de dólares, McCarthy podría verse obligado a hacer algunas gestiones entre bastidores.
Sin embargo, McCarthy, dijo el domingo que espera que el acuerdo atraiga el apoyo de la mayoría de los republicanos de la Cámara, porque incluía restricciones de pago que evitarían que la legislación futura aumente el déficit.
Si el Congreso no alcanza un acuerdo sobre el techo de deuda autoimpuesto antes del 5 de junio, podría desencadenarse una cesación de pagos que sacudiría los mercados financieros y sumiría a Estados Unidos en una profunda recesión.
Los republicanos controlan la Cámara de Representantes por 222 votos a favor y 213 en contra, mientras que los demócratas controlan el Senado por 51 votos a favor y 49 en contra.
Los márgenes significan que los moderados de ambos bandos tendrán que apoyar el proyecto de ley, ya que cualquier compromiso perderá casi con toda seguridad el apoyo de las alas de extrema izquierda y extrema derecha de cada partido.
Para hacerse con la presidencia, McCarthy accedió a permitir que cualquier miembro pidiera una votación para desbancarle, lo que podría llevar a su destitución si intenta trabajar con los demócratas.
Roy se quejó el domingo en Twitter de que el acuerdo dejaría intacta una ampliación del Servicio de Recaudación de Impuestos Internos establecida cuando los demócratas controlaban ambas cámaras del Congreso.
El senador Lindsey Graham también expresó su preocupación por el posible efecto del acuerdo en la defensa estadounidense y el apoyo de Washington a Ucrania.
“No tengo intención de dejar de pagar la deuda, pero no apoyaré un acuerdo que reduzca el tamaño de la Armada e impida que continúe la ayuda tecnológica y armamentística a Ucrania”, tuiteó Graham.
El acuerdo suspende el techo de la deuda hasta enero de 2025, después de las elecciones presidenciales de noviembre de 2024, a cambio de topes en el gasto y recortes en los programas gubernamentales.
El representante Dan Bishop y otros republicanos de línea dura criticaron duramente los primeros detalles del acuerdo, que sugieren que Biden ha rechazado con éxito varias demandas de recorte de gastos el sábado, lo que indica que McCarthy podría tener problemas para conseguir los votos.
“Hay una rendición total del lado que tiene las cartas”, dijo Bishop.
Los demócratas progresistas de ambas cámaras han dicho que no apoyarán ningún acuerdo que incluya más requisitos laborales para las ayudas sociales. Este acuerdo lo hace, según las fuentes, añadiendo requisitos laborales a la ayuda alimentaria para las personas de entre 50 y 54 años.
Varias agencias de calificación crediticia han puesto a Estados Unidos en revisión para una posible rebaja, lo que elevaría los costos de los préstamos y socavaría su posición como columna vertebral del sistema financiero mundial.