Los países desarrollados concentran el 39% de los compromisos de compra de vacunas contra la covid-19, a pesar de contar con el 12,9% de la población mundial, asegura la multilateral
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) revisó a la baja sus estimados de crecimiento del producto interno bruto (PIB) para la región de 2,9% anunciado en agosto a 2,1%, debido a un debilitamiento a nivel mundial, una pérdida del poder adquisitivo y una posible inestabilidad financiera. La estimación de crecimiento para el año pasado se ajustó al alza, de 5,9% a 6,2%.
“La menor tasa de crecimiento proyectada para 2022 se explica por varios factores que afectarán a la baja el desempeño de los países el próximo año”, dice el reporte publicado el miércoles y firmado por su secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena. “Desde el punto de vista del contexto internacional en que está inmersa la región, para 2022 se espera un menor crecimiento mundial y, con ello, una demanda externa menos dinámica y un menor crecimiento del comercio mundial. Además, se espera que los precios de los productos básicos permanezcan estables o sean incluso algo más bajos que en 2021″, dice el reporte de 176 páginas.
La economía más grande la región, Brasil, crecerá 0,5% este año, el menor desempeño, por debajo de Haití, que se espera crezca 1,5%. Mientras tanto, México crecerá 2,9%, Perú 3%, Colombia 3,7% y Chile 1,9%. Se espera que los precios de las materias primas que los países exportan, desde petróleo, productos de agricultura, hasta metales, se estabilicen o vean una ligera baja, impactando el ingreso de las economías. Esto quiere decir que la recuperación proyectada para este año dependerá principalmente de la demanda interna, ya que se prevé que el aporte del sector externo al crecimiento del producto interno bruto de los países no sea significativo.
“La disminución de las tasas de crecimiento del consumo se intensificará desde el inicio del próximo año, en un contexto en el que la recuperación del mercado de trabajo ha sido poco dinámica y el aumento de la inflación impactará en la renta disponible y el gasto de los hogares”, dice el reporte de la multilateral. “A ello se agrega la incertidumbre sobre la situación sanitaria que aún persistirá en 2022. No obstante, la contribución del consumo seguirá siendo la principal dentro del gasto”.
La Cepal advierte, además, del inminente cambio en la política monetaria de la Reserva Federal en los Estados Unidos, la cual busca retirar los estímulos subiendo la tasa de interés referencia. “Es sabido que el eventual retiro de los estímulos monetarios por parte de los principales bancos centrales tendría efectos sobre los mercados emergentes, incluida América Latina y el Caribe”, dice el informe. “Cuán agudos sean esos efectos, en tanto, dependerá de la gradualidad con que se lleve a cabo la transición hacia una política monetaria más restrictiva por parte de los Estados Unidos y de cómo ello afecte los mercados financieros mundiales y el costo de financiamiento para la región”, agregan los especialistas.
Estos son otros aspectos de la región que analiza el informe de la Cepal:
Depreciación
En los primeros diez meses de 2021, 16 economías de Latinoamérica registraron depreciaciones de sus monedas con relación al dólar. La depreciación promedio, excluyendo aquellas economías que sufren de “inflación crónica” como Argentina y Venezuela, fue de 5,9%, lo cual muestra una mejoría frente al 8,7% registrado en 2020. Brasil, Chile, Colombia, Jamaica y Perú vieron sus monedas depreciarse más del 8% el año pasado.
Vacunas
La Cepal hace hincapié en que la concentración de vacunas en los países de mayores ingresos ha ido en aumento. “Estos países concentran una proporción de compromisos de compra de vacunas superior a la proporción de la población mundial que representan. De hecho, la Unión Europea, Estados Unidos, el Reino Unido, Canadá y Japón concentraban en noviembre de 2021 el 39% de los compromisos de compra de vacunas, a pesar de contar con el 12,9% de la población mundial”, dice la organización. “Además, sus tasas de vacunación se encuentran por encima del promedio de la de los países en desarrollo y de menores ingresos. La capacidad de vacunar a la población no solo tiene un efecto inmediato sobre el control de la pandemia, sino que también reduce las probabilidades de aparición de nuevas cepas. En la medida en que los países tengan menores tasas de vacunación, más difícil será controlar la pandemia y, por ende, iniciar una recuperación sostenible e inclusiva”, agrega.