- El PIB se mantuvo bajo por los inventarios, que probablemente se repondrán más adelante.
- Una inversión empresarial sólida implica una aceleración en el futuro.
- Un salto en los precios significa que la inflación está subiendo, lo que podría desencadenar una subida de tasas.
La Reserva Federal seguirá imprimiendo dólares y deprimiendo la moneda. Menos de 24 horas después de hacer esa suposición, las cifras del producto interior bruto PIB para el primer trimestre ya están causando un replanteamiento. Si bien la cifra general muestra un crecimiento anualizado del 6.4%, dentro de las expectativas, los componentes apuntan a un calentamiento y quizás a un sobrecalentamiento de la economía. Eso podría impulsar al dólar.
Aquí hay tres desarrollos positivos que podrían impulsar al dólar:
1) Lo que baja, sube
Si el crecimiento de las existencias no hubiera cambiado, el PIB sería del 9% y no del 6.4%. La caída de las existencias físicas pesó un crecimiento de un 2.64% anualizado, un impacto sustancial.
Cuando los inventarios se agotan durante un trimestre, tienden a reponerse en el siguiente. Además, esta reducción podría impulsar al alza la fabricación. El segundo trimestre ya lucía fuerte en medio de la rápida reapertura, y ahora parece aún más brillante.
2) Invertir en el futuro
La inversión empresarial ha aumentado un 9.9% anualizado en el primer trimestre y la inversión en viviendas ha aumentado un 10.8%. Este gasto dará aún más frutos en el futuro, ya sea en el trimestre actual o en los próximos. También es una señal de confianza en la economía más grande del mundo.
3) La inflación podría subir
Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, preparó un discurso completo para explicar por qué la inflación es transitoria, con el efecto de base y los cuellos de botella siendo los culpables. La Fed está observando, pero asume que los aumentos de precios se disiparán.
Sin embargo, las cifras de inflación publicadas en el informe del PIB apuntan a una sorpresa al alza, con el índice de precios, también conocido como el “deflactor”, saltando un 4.1% anualizado frente al 2.6% previsto. Si bien la cifra subyacente es solo del 2.3%, el rápido avance de los precios generales podría finalmente repercutir en las expectativas de inflación. Eso podría impulsar a la Fed a reducir sus compras de bonos más temprano que tarde.
En general, los componentes del crecimiento apuntan a una expansión más rápida en el futuro y, eventualmente, podrían sacar al dólar estadounidense de su agujero actual.