(CNN) — En el año transcurrido desde la invasión rusa de Ucrania, Moscú se ha visto afectada por sanciones occidentales sin precedentes y ha sido excluida de gran parte de la economía mundial.
Pero China, que ha declarado no poner “límites” a su amistad con su vecino del norte, ha arrojado al Kremlin un salvavidas económico, atenuando el impacto de su destierro del sistema financiero mundial.
Subrayando la cercanía de la relación, el principal diplomático de China, Wang Yi, se reunió el miércoles con el presidente de Rusia Vladimir Putin durante una visita a Moscú. The Wall Street Journal informó que el presidente de China, Xi Jinping, y Putin podrían celebrar una cumbre en Moscú en abril o principios de mayo.
Aquí hay tres formas en que China, el mayor comprador de productos básicos del mundo y una potencia financiera y tecnológica, ha apuntalado la economía rusa:
1- Comprando su energía
Las sanciones occidentales contra Moscú incluyen un embargo sobre las ventas de petróleo y un límite de precio para su crudo, la denegación de acceso a SWIFT, el sistema de mensajería internacional que permite las transacciones bancarias, y la congelación de los activos del banco central en el extranjero.
Estos movimientos tenían como objetivo debilitar la capacidad de Rusia para financiar la guerra.
Han tenido un impacto. La economía de Rusia entró en recesión en 2022 y se contrajo un 4,5 %, según la estimación más reciente del Banco Mundial.
Pero los ingresos fiscales de Moscú aumentaron, según el gobierno ruso. Eso se debe principalmente a los altos precios de la energía y los esfuerzos de Rusia para desviar las exportaciones a otros compradores dispuestos, como China e India.
“China ha apoyado económicamente la guerra de Rusia en el sentido de que ha aumentado el comercio con Rusia, lo que ha debilitado los esfuerzos occidentales para paralizar la maquinaria militar de Moscú”, dijo Neil Thomas, analista senior para China y el noreste de Asia en Eurasia Group.
“Xi Jinping quiere profundizar la relación de China con una Rusia, cada vez más aislada”, dijo, y agregó que el “estatus de paria” de Moscú le permite a Beijing ejercer más influencia sobre él para obtener energía barata, tecnología militar avanzada y apoyo diplomático para los intereses internacionales de China.
El comercio total entre China y Rusia alcanzó un nuevo récord en 2022, un 30% más hasta los US$ 190.000 millones, según cifras de la aduana china. En particular, el comercio de energía aumentó notablemente desde el inicio de la guerra.
China compró US$ 50,6 mil millones en petróleo crudo de Rusia de marzo a diciembre, un 45% más que en el mismo período del año anterior. Las importaciones de carbón aumentaron un 54% a US$ 10.0000 millones. Las compras de gas natural, incluido el gas de gasoducto y el GNL, se dispararon un 155 % hasta los US$ 9.600 millones.
Es una bendición para ambos lados. Para Rusia, porque necesita desesperadamente nuevos clientes ya que Occidente evita sus combustibles fósiles. Para China, porque ahora enfocada en sacar su economía de una recesión, necesita energía barata para impulsar su enorme industria manufacturera.
“Para Rusia, esta asociación nace de la desesperación”, dijo Keith Krach, ex subsecretario de Estado de EE.UU. para el crecimiento económico, la energía y el medio ambiente. “Él [Putin] busca ayuda dondequiera que pueda encontrarla y Xi Jinping está demasiado dispuesto a aprovecharse de la desesperación de Putin”.
“En cuanto a China, su entusiasmo por impulsar a Rusia es el último de una serie de movimientos que revelan una vez más que Beijing es un actor irresponsable”, dijo Krach a CNN.
Las dos partes planean expandir aún más esa asociación, incluido un acuerdo entre Gazpro y la Corporación Nacional de Petróleo de China para suministrar más gas a China durante los próximos 25 años.
“Con la apertura de la economía de China en 2023, podemos esperar un mayor aumento de las exportaciones rusas a China, incluido el petróleo y otros productos refinados”, dijo Anna Kireeva, profesora asociada del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú.
2 – Sustitución de proveedores occidentales
Aparte de la energía, Rusia también ha gastado miles de millones en la compra de maquinaria, productos electrónicos, metales básicos, vehículos, barcos y aeronaves de China, como se detalla en un informe del Servicio de Investigación del Congreso de EE.UU. de mayo pasado.
“A pesar de la renuencia de China a brindar apoyo directo a la guerra de Rusia, los lazos bilaterales seguirán creciendo porque Beijing es oportunista”, dijo Thomas.
“Xi valora el apoyo de Putin como un lastre estratégico contra un Estados Unidos cada vez más hostil, pero está interesado en Rusia principalmente por lo que puede hacer por China”, agregó.
Rusia también necesita encontrar sustitutos para sus importaciones de los mercados occidentales, como automóviles y productos electrónicos.
“Y aquí, China con su capacidad industrial no puede ser rivalizada por ningún otro productor importante”, afirmó Kireeva.
Las marcas de automóviles chinas, incluidas Havel, Chery y Geely, han visto aumentar su participación de mercado del 10% al 38% en un año después de la salida de las marcas occidentales, según los datos más recientes de la firma de investigación rusa Autostat. Y es probable que esa participación crezca aún más este año, pronosticó.
En electrónica de consumo, las marcas chinas representaban alrededor del 40 % del mercado de teléfonos inteligentes a fines de 2021. Un año después, prácticamente se han apoderado de la industria con una participación de mercado del 95 %, según la firma de investigación de mercado Counterpoint.
3 – Ofrecer una alternativa al dólar estadounidense
Después de que algunos bancos rusos fueran cortados de SWIFT, Moscú ha soltado el dólar por el yuan chino.
Las empresas rusas han utilizado más yuanes para facilitar el aumento del comercio con China. Los bancos rusos también han realizado más transacciones en yuanes para protegerse de los riesgos de sanciones, según Kireeva.
Momentos tensos durante el cubrimiento de la invasión rusa en Ucrania
La participación del yuan en el mercado ruso de divisas saltó al 48 % en noviembre de 2022 desde menos del 1 % en enero, según los medios rusos, citando al director de la Bolsa de Moscú.Rusia se convirtió brevemente en el tercer centro comercial extraterritorial más grande del mundo para el yuan en julio pasado, detrás de Hong Kong y el Reino Unido, según cifras publicadas por SWIFT. Desde entonces, se ha mantenido como uno de los seis principales mercados para el comercio de yuanes; ni siquiera estaba entre los 15 principales antes de la guerra de Ucrania.
El Ministerio de Finanzas de Rusia también ha duplicado la parte de las reservas de yuanes que el fondo soberano de riqueza del país puede tener hasta el 60%, después de que una gran parte de sus ahorros fueran congelados por las sanciones internacionales, según Reuters.
El ministro de Finanzas, Anton Siluanov, dijo que Rusia solo compraría yuanes en 2023 para recargar el fondo de riqueza soberana del país, informó Tass.
“De todas las monedas extranjeras en las que el banco [central] ruso tenía sus reservas, solo el yuan chino no se congeló y sigue siendo ‘amigable'”, dijo Kireeva.
“Es probable que veamos una mayor desdolarización del comercio exterior de Rusia en general y [una] creciente participación del comercio en monedas nacionales con todos los estados que son amigos o neutrales de Moscú”.
Con más reservas de yuanes, Moscú puede usar la moneda china para estabilizar el rublo y sus mercados financieros. El rublo se ha desplomado más de un 40% frente al euro y el dólar en el último año, y el principal índice bursátil ruso ha caído más de un tercio.
El mes pasado, el Ministerio de Finanzas de Rusia anunció que reanudaría las intervenciones cambiarias mediante la venta de yuanes y la compra de rublos.
Sin embargo, la relación no es del todo libre de fricciones.
Según los informes, UnionPay, el sistema de pagos chino, dejó de aceptar tarjetas emitidas por bancos rusos por temor a sanciones internacionales, según el periódico ruso Kommersant.
“Las grandes empresas chinas desconfían de las sanciones secundarias y son cautelosas al tratar con las entidades rusas bajo sanciones o con el mercado ruso en general”, dijo Kireeva.