“Ecuador: Crecimiento resiliente para un futuro mejor” es el informe que acaba de hacer público el Banco Mundial, a través del cual analiza la situación del país andino.
El informe, presentado este 30 de mayo en la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (PUCE), frente a algunas autoridades del Gobierno de Daniel Noboa, trae una serie de recomendaciones para aprovechar oportunidades en actividades productivas con potencial, pero también algunas advertencias sobre posibles complicaciones de la economía a futuro, si no se toman previsiones.
El Banco Mundial en el informe recomienda a Ecuador:
– Impulsar su crecimiento con sectores de mayor potencial.
– Administrar sus recursos de manera responsable y equilibrada.
– Generar cambios que alienten la competitividad e innovación del sector privado.
En el primer tema, el Banco Mundial le apuesta a la agricultura, la minería formal y al turismo, como actividades fundamentales en un contexto de crecimiento que pueden favorecer la reducción de la pobreza y la adaptación al cambio climático.
– El sector agrícola, que representa más del 40% de las exportaciones totales y emplea a cerca de un tercio de los trabajadores, puede expandirse a productos de alto valor y prácticas climáticamente inteligentes, indica el organismo.
– La minería formal es el cuarto sector exportador y puede contribuir al desarrollo, siguiendo marcos socioambientales y generando más empleo en las comunidades locales.
– El turismo, con solo el 3% del producto interno bruto (PIB) y cerca del 5% del empleo actual, tiene potencial para crecer y generar más empleos sostenibles.
Pero también el informe señala que modernizar el marco laboral ecuatoriano, fomentar el crecimiento y la productividad de las empresas, impulsaría la demanda de mano de obra creando más empleos con mejor remuneración.
Sin embargo, este tipo de medidas no reciben el apoyo de la población. Una muestra de ello es que el no ganó en la pregunta de la consulta popular que hablaba de implementar el trabajo por horas.
En el informe, el multilateral indica que Ecuador ha tenido que responder a un contexto económico desafiante, sorteando obstáculos como el déficit fiscal, la deuda, distorsiones de mercado, bajo crecimiento y baja productividad, al tiempo de mantener la confianza en el uso del dólar como moneda.
El informe señala que en el pasado Ecuador ha sido uno de los países de más rápido crecimiento de América Latina, con una tasa de crecimiento promedio del 4,6% entre 2002 y 2014.
Sin embargo, el crecimiento se ha mantenido esquivo en los últimos años, con un promedio de solo 0,5% entre 2014 y 2019 y de 0,2% entre 2014 y 2022.
En este sentido indica: “Sin un crecimiento acelerado, Ecuador tendrá dificultades para preservar su renta per cápita y no podrá alcanzar el estatus de país de renta alta para mejorar la calidad de vida de sus habitantes”.
Recuerda, sin embargo, que el crecimiento anterior se basó en una expansión insostenible del gasto público, alimentada por las ganancias inesperadas por altos precios del petróleo y la erosión de los amortiguadores fiscales (fondos soberanos), acumuló deuda.
En esta dinámica, dice, “Ecuador ha tenido dificultades para recuperar el acceso a los mercados internacionales de capital en condiciones favorables, teniendo que pagar tipos de interés más altos. Además, los beneficios económicos y sociales a medio plazo del gran programa de inversión pública parecen limitados”.
El banco multilateral sostiene que -como economía totalmente dolarizada- el ajuste fiscal (generar más ingresos y menor gasto) es la única herramienta política clave a disposición de Ecuador para hacer frente a la crisis. En este sentido ve importante que pueda mantener una senda fiscal sostenible para reducir la deuda pública y preservar colchones fiscales.
Advierte que el país se enfrentará a importantes retos en el frente fiscal a corto plazo. Entre ellos, la baja de producción petrolera por el cierre del Yasuní ITT, así como las presiones del gasto para afrontar las consecuencias del fenómeno de El Niño, incluida la actual sequía, que probablemente reducirá la producción hidroeléctrica y obligará al país a importar electricidad de Colombia.
Recuerda que el Banco en 2019 destacó la importancia de aumentar la baja tasa del impuesto al valor agregado (IVA), reducir los gastos tributarios, reducir el subsidio a los combustibles al tiempo que se protege a las personas vulnerables, garantizar la sostenibilidad de la seguridad social y contener el crecimiento de la masa salarial pública.