LA PAZ — Bolivia reactivó su antiguo y único proyecto siderúrgico en el yacimiento suroriental de hierro de El Mutún, una inversión de 546 millones de dólares que el presidente Luis Arce destacó como pilar de la industrialización de los recursos naturales del país.
“Volvemos a reactivar este proyecto El Mutún porque el camino estratégico que traza el Gobierno para el desarrollo económico es la industrialización definitiva de nuestros recursos naturales”, dijo Arce en un acto transmitido por la televisión estatal.
El ministro de Minería, Ramiro Villavicencio, anunció en el acto, realizado cerca de la frontera con Brasil y a casi 2.000 kilómetros de La Paz, que la acería entrará en funcionamiento en 2023, casi dos años después de lo previsto originalmente en el contrato con la firma constructora, la china Sinosteel.
Arce denunció la paralización del proyecto durante el último año como uno de los daños causados por el Gobierno transitorio de Jeanine Áñez (2019-2020), que suspendió varias inversiones públicas y hasta paralizó industrias estatales que ya funcionaban, como una fábrica de urea y amoniaco.
Paralización de 15 meses
“Cuando todo ya estaba marchando en esta planta (El Mutún) vino el Golpe de Estado (de noviembre de 2019) que no solo trunca el orden constitucional en el país sino que adicionalmente le da un golpe a la economía boliviana, porque se paralizan todas las obras”, dijo el gobernante.
El ministro de Minería precisó que la crisis política produjo una paralización de 15 meses en el proyecto, financiado casi totalmente por el Eximbank de China, y destacó un acuerdo logrado con Sinosteel para poner de nuevo en marcha la obra, evitando disputas administrativas y judiciales.
“Este proyecto se va a consolidar en el 2023 y es el compromiso del presidente y de todo el Gobierno de cumplir este plazo”, remarcó Villavicencio.
El complejo siderúrgico, que incluirá una planta generadora de electricidad con gas natural, tendrá una capacidad inicial de producción de 194.000 toneladas de aceros no laminados, principalmente barras de construcción, que se destinarán al mercado interno
Villavicencio anunció que ya están previstas futuras ampliaciones orientadas al mercado internacional.
El Mutún es una de los mayores depósitos mundiales de hierro, con una reserva calculada en al menos 40.000 millones de toneladas, cuya explotación se ha convertido en una especie de sueño en Bolivia desde que fue planteada a principios del siglo pasado.
Antes del contrato con Sinosteel, Bolivia había acordado el desarrollo siderúrgico con el grupo indio Jindal, que ofreció invertir más de 2.000 millones de dólares, pero este plan fracasó y derivó en un pleito internacional todavía no resuelto.