La caída de Silicon Valley Bank no sólo impactó en las pantallas de Wall Street, sino que también paralizó los fondos de emprendedores argentinos
El viernes pasado se desató un infierno para los mercados internacionales tras la caída de uno de los veinte bancos más importantes de Estados Unidos: Silicon Valley Bank, que se dedicaba principalmente a financiar empresas tecnológicas.
Esto implicó vender parte de su cartera a pérdida y registrar bajas superiores al 60% en sus acciones, la institución financiera se presentó a la quiebra. Esto generó un efecto dominó en bancos regionales, bolsas de EE.UU. y organizaciones emergentes del rubro tech.
Esta última categoría incluye a ciertos emprendedores argentinos, quienes, en algunos casos, tenían depositados todos los fondos de sus compañías en SVB. Mientras que algunos lograron retirar el dinero a tiempo, otros lo están recuperando en estos días.
Efecto Silicon Valley Bank: a qué argentinos afectó
El pasado miércoles comenzaron a difundirse las primeras noticias acerca de los problemas de liquidez que afrontaba el Silicon Valley Bank. Varios emprendedores locales de la red de Endeavour recibieron la noticia vía WhatsApp y rápidamente corrieron las preocupaciones.
Nulinga, la plataforma corporativa para el aprendizaje de idiomas, fue una de las firmas locales que mantenía lazos con SVB. A diferencia de otras empresas, esta logró acceder a sus depósitos, que no eran más de u$s 250.000. Por el momento, Nulinga no abrió una nueva cuenta, sino que repartió los fondos entre dos sociedades operativas en Brasil y la Argentina, un bróker custodio y la cuenta de uno de los socios.
La quiebra también alcanzó a Choiz, la startup argentina que busca revolucionar el acceso a la salud, para convertirlo en un proceso rápido, personal y barato. A diferencia de Nulinga, esta firma vio como se rechazaban sus solicitudes de retiro de fondos el jueves pasado. Sin embargo, para el alivio de sus ejecutivos, la organización ya accedió a la totalidad de los depósitos.
Qué pasó con Silicon Valley Bank
El Silicon Valley Bank se consagraba como el 16º banco comercial más importante de Estados Unidos, justo antes de su colapso. Era responsable del financiamiento de casi la mitad de las empresas regionales de ciencia y tecnología.
Desde el viernes pasado, sin embargo, la entidad es historia. Si bien surgen varias hipótesis acerca de la quiebra de SVB, una de las causas se remonta a una decisión financiera de hace años, cuando la institución invirtió miles de millones de dólares en bonos del Tesoro de EE.UU.
Esta medida resultó contra productiva cuando la Reserva Federal estadounidense (FED) decidió subir las tasas de interés a modo de controlar la inflación, lo que causó que el valor de los bonos decayera y, por lo tanto, se desplomara la cartera de SVB.
El caos, sin embargo, se desató cuando el banco anunció su plan para recapitalizarse y subsanar sus finanzas. Este consistía en vender una gran cantidad de valores con pérdidas, lo que encendió alarmas en los clientes y derivó en una retirada masiva de fondos.
La crisis se profundizó al punto de que los reguladores californianos tuvieran que cerrar el banco el viernes pasado y ponerlo bajo administración judicial de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés).
“Lo positivo es que la historia tiene un final no tan trágico ya que la FDIC le garantizó los depósitos a todos los clientes para que puedan recuperar el 100% de sus fondos”, comentó María Julia Bearzi, directora ejecutiva de Endeavor Argentina.
Según lo comunicó la FED en sus redes sociales, se activó un Programa de financiamiento a plazo bancario (BTFP) de $ 25 mil millones que ofrece préstamos de hasta un año a bancos, asociaciones de ahorro, uniones de crédito y otras instituciones de depósito elegibles.