Estamos muy contentos, porque ha cambiado mucho el escenario desde que comenzamos nuestra labor hasta el día de hoy”, dice una sonriente Soledad Mella, presidenta de la Asociación Nacional de Recicladores de Chile.
Ella es una de 60.000 personas en Chile –en su mayoría mujeres- que se dedican a recolectar residuos no orgánicos como plástico, chatarra, vidrios, papeles y cartones, para revalorizarlos informalmente, en un oficio de facto que se ha denominado recolector de base.
“Nosotros tenemos un convenio directo con Re-ciclar hoy día, les entregamos [las botellas de plástico que recolectamos] directamente a ellos, no como lo hacíamos anteriormente, a través de un intermediario el que pagaba precios muy malos. Hoy día Re-ciclar nos permite negociar un precio justo y rápido de acuerdo con el trabajo que hacemos a nivel nacional”, agrega.
Y por justo, Soledad Mella reconoce un rango cercano a US$ 1,2 por kilo de plástico PET1, que se paga en un máximo de tres días.
Es una de las particularidades de la planta que Coca Cola Chile inauguró este miércoles en la localidad de Lampa, distante a unos 40 kilómetros de la capital, Santiago. Pero no la única.
Con una inversión de US$ 35 millones, la fábrica es operada en sociedad coligada por Coca-Cola Andina y Coca-Cola Embonor (en ese país Coca-Cola Andina se encarga de embotellar los productos Coca Cola en la región Metropolitana, mientras que Coca-Cola Embonor se encarga de las regiones de Valparaíso, de La Araucanía, de Magallanes en el extremo sur y de Arica y Antofagasta en el extremo norte) permitirá por primera vez en Chile, la elaboración de envases de bebidas con material reciclado de grado alimenticio.
La movida de la firma es totalmente en torno a la sostenibilidad ambiental, integrando además el factor social al apoyar a un sector vulnerable de la población como los recolectores de base y al nuevo actor denominado gestores de residuos, pequeñas firmas que acopian materiales.
Por una parte, la planta permitirá la circulación de nuevo plástico, fortaleciendo la economía circular con una capacidad de reciclar más de 350 millones de botellas. Re-Ciclar, además, crea en sus instalaciones un centenar de nuevos puestos de trabajo internos y se espera que genere unos 25.000 empleos indirectos a lo largo del país.
“Esta planta nos llena de orgullo porque tiene mucho que ver con una meta global que tiene la compañía en el mundo, que seamos un mundo sin residuos, que nos comprometemos al 2030 a ir a recolectar el equivalente al 100% de los envases y embalajes que ponemos en el mercado. Y también una meta de tener al 2030 también un 50% menos de resina reciclada” detalla a AméricaEconomía Paola Calorio, directora de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Sustentabilidad para Coca-Cola Conosur.
La operación, que ya está en pleno funcionamiento, se alimenta de energía solar mediante paneles fotovoltaicos, mientras que el agua utilizada en el proceso productivo es tratada en un 80% para luego ser reusada para el riego de jardines. Las grúas, que cuentan con baterías de litio, son 100% eléctricas y contribuyen significativamente a la reducción de la huella de carbono.
“Esperamos que esta operación se transforme en un eje fundamental para impulsar el reciclaje en Chile y en un referente de economía circular e innovación no solo para nuestro país, sino para toda Latinoamérica”, indicó el presidente del directorio de Coca-Cola Andina, Gonzalo Said.
Re-Ciclar es la planta más moderna de Latinoamérica operada por Coca-Cola y la tercera de la región, junto con México y Paraguay.
La inversión en la planta es fuerte y relevante, ya que trajo no solo a autoridades locales como el ministro de Economía Nicolás Grau. También asistieron ejecutivos de todo el continente y la plana mayor de ambos directorios, Andina y Embonor.
Y aunque en Embonor, que también opera en Bolivia, reconocen que fue un semestre difícil prefieren ver la botella –en lugar del vaso- medio llena.
“Fue un [principio de] año con dificultades, pero nosotros siempre estamos mirando en el largo plazo y estamos contentos, estamos contentos y somos, por naturaleza, optimistas, mirándo al futuro, manejamos las mejores marcas del planeta, tenemos un equipo humano de excelencia, una infraestructura inigualable, entonces puede que de repente pasemos algunos baches, pero hacia adelante lo miramos con mucho optimismo” indicó a AméricaEconomía Andrés Vicuña, presidente y director de Coca-Cola Embonor.
La firma publicó sus resultados a junio de 2024 al iniciarse agosto. Allí mostraron ingresos por ventas del primer semestre que crecieron un 11,5%, alcanzando el equivalente a US$ 671 millones y un volumen de ventas consolidado que creció un 3,8% llegando a 180 millones de cajas unitarias, más un EBITDA que creció un 2,0% a junio del 2024.
“En materia de venta, este fue un semestre difícil porque nosotros no crecimos, nos mantuvimos más o menos planos. Sin embargo, estamos mirando con un optimismo moderado hacia adelante, pero siempre pensando en más allá de los próximos seis meses, en el futuro” agregó Vicuña.
El ejecutivo también destacó la diversificación de su portafolio bebestible.
“Tenemos prácticamente todos los bebestibles, alcohólicos y no alcohólicos, que se consumen en el país, y eso ha sido una transformación importante en los últimos años. Hoy día, si mira la cifra, el 30% de lo que nosotros vendemos son productos que hace diez años no estaban, como [la bebida energética] Monster, cerveza Corona con todo el paquete de AB InBev, vinos Santa Rita, y los licores de Diageo”, concluyó Vicuña.