Núria Vilanova
La geoestrategia mueve la economía. Nada de lo que ocurre en el mundo nos es ajeno. Por eso, América Latina y el Caribe deben replantearse su papel geoestratégico en un mapa alterado por las tensiones en el Este de Europa o la inestabilidad de Oriente Medio.
Surge la oportunidad de atraer inversiones productivas; pero también es momento de dar el salto e invertir en mercados que ofrezcan beneficios más allá de la rentabilidad económica. Me refiero a aquellos países y regiones que sean un trampolín para que Latinoamérica se vincule a las grandes cadenas internacionales de valor, modernice su economía y opere en entornos avanzados.
La Unión Europea -y España en particular- ha sido y es, por razones económicas, sociales y culturales, una aliada natural. En el caso de Colombia, la balanza está equilibrada: la UE es el destino de 5% de las exportaciones y el origen de 6% de las importaciones. Sin embargo, hay que dar un paso al frente e ir más allá de las relaciones comerciales.
Invertir es confianza y compromiso. Además, cuando esas inversiones son cruzadas se multiplican las conexiones. Ese acercamiento es real. Según el Banco de Colombia, en 2022, España invirtió US$2.737 millones en Colombia, con una inversión acumulada de US$28.300 millones. Mientras que, según el Instituto Español de Comercio Exterior, la inversión de Latinoamérica en España creció en $1.101 millones de euros, con una inversión acumulada de $68.000 millones de euros, 11% de toda la inversión extranjera.
Creer, crear y crecer en Iberoamérica es, precisamente, el lema del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (Ceapi), que comparten más de 250 presidentes de compañías que trabajan por favorecer el diálogo, impulsar la relación público-privada o promover las inversiones en ese espacio económico. Una institución que, en 2024 y por primera vez, celebrará su congreso en Cartagena de Indias (Colombia); entre el 17 y el 19 de junio.
No es casualidad que Omar González Pardo, presidente del Grupo Trinity Capital y protagonista de una de las últimas grandes inversiones colombianas en España, sea socio y miembro del Consejo Directivo de Ceapi. González Pardo no ha dudado en comprar y asumir la gestión de Clarel, una cadena de más de 1.000 establecimientos de cosmética y perfumería a través de la cual entrará de lleno en el negocio del retail.
Así, amplía los horizontes del grupo empresarial que dirige desde hace 18 años y que suma participaciones en más de una docena de compañías en sectores como el acero, fertilizantes, ‘commodities’, logística, turismo o restaurantes; que está presente en cuatro países -Colombia, España, Costa Rica y Canadá- y que factura cerca de $700 millones de euros y genera más de 12.500 empleos.
Ahora, con su renovada apuesta por España, ampliará su experiencia al operar en una economía dinámica y abierta; que facilita el acceso a mercados globales; que cuenta con un capital humano muy cualificado y con unos costes productivos muy competitivos dentro de la UE. Inversiones como estas, suponen asumir las reglas del juego de una de las sociedades del bienestar y de uno de los escenarios económicos con mayor seguridad jurídica en todo el mundo, como es la UE.
Las empresas españolas aprendieron a ser multinacionales en Latinoamérica para desde allí dar el salto a EE.UU. Ahora ha llegado el momento de recorrer el camino inverso y que las empresas de la región usen a España como puerta de entrada a la economía europea y mundial, para fortalecer y cerrar ese triángulo virtuoso UE-Latinoamérica-EE.UU.
