El cuestionamiento fue hecho por el ministro de Planificación, Sergio Cusicanqui, en respuesta a las últimas rebajas de calificación de riesgo que emitieron en contra de la nación sudamericana.
“Las calificadoras no tienen la ‘mejor reputación en el mundo’, porque, por ejemplo, en 2008, en la crisis financiera internacional, estas entidades fueron los actores fundamentales que estuvieron involucrados en esta crisis”, manifestó a la prensa Cusicanqui.
La Fitch Ratings rebajó el 14 de marzo las calificaciones de incumplimiento de emisor de largo plazo en moneda extranjera y moneda local de Bolivia a ‘B-‘ de ‘B’ y revisó la perspectiva de la calificación a negativa de estable.
Luego 24 marzo, la Moody’s Investors Service rebajó la calificación de Bolivia como emisor de largo plazo en moneda local y extranjera y alertó de una vulnerabilidad que amenaza la estabilidad macroeconómica.
Para Cusicanqui, estos informes internacionales son parte de los ataques al modelo económico boliviano, pues en su criterio, estas entidades no toman en cuenta el contexto de logros y los indicadores macroeconómicos bolivianos actuales.
“Se puede decir que estos informes son parte de un ataque al modelo económico (…) tanto analistas como políticos aprovechan estos informes para atacar a una economía que, lejos de mostrar reducción en un contexto internacional tan agresivo, está mostrando resultados”, manifestó.
De acuerdo con Cusicanqui, lo que se ha visto en las últimas semanas son “ataques especulativos tanto interno como externo”, que trata de “desvirtuar” los logros de la economía boliviana y convertir sus críticas en “profecías autocumplidas” de posible crisis económica.
Por su lado, el analista Martín Moreira dijo a Xinhua que la Fitch Raitings y Moody’s midieron el riesgo de Bolivia con una mala orientación, no vieron el todo y están mal justificadas por estas entidades.
Manifestó que históricamente la Fitch Raitings tiene “mala fama” por ser parte responsable de la “burbuja inmobiliaria” al hacer “una mala o interesada” calificación que le otorgó a empresas inversoras en Estados Unidos provocando la crisis internacional.
“Por esa razón, el Gobierno estadounidense castigó a esta entidad con cifras millonarias porque se evidenció que trabajó para sus intereses y de sectores específicos”, agregó.
Lamentó que estas entidades otorguen una baja de calificación para Bolivia solo por las reservas internacionales netas (RIN) sin comprender ni contemplar crecimiento económico positivo y uno de los mejores de la región en 2022, la inflación baja y controlada, reducción del déficit fiscal, récord de exportaciones, reducción de la pobreza, generación de empleos entre otros aspectos en un contexto internacional adverso.
Consultado si hay intención de afectar al modelo económico boliviano, el analista dijo que las muchas coincidencias que se “orquestan”, desde sectores opositores y analistas afines, son ataques económicos y financieros para perturbar la estabilidad del país.
“Nada es casual, hay una motivación política que pretende afectar la estabilidad y se aprovecha cualquier situación para atacar al Gobierno”, aseveró.
En consecuencia, recomendó tener “mucho cuidado” con las calificadoras, porque, para empezar, tienen una especie de estandarización en su evaluación; es decir, tienen un molde para calificar lo que hacen todas las economías, y muchas veces ese molde no les permite ver en su verdadera magnitud como es el caso de la economía boliviana.
El ministro y el experto coincidieron, por separado, en que es fundamental destacar que Bolivia ha logrado importantes indicadores macroeconómicos en la región respecto de otros países con baja inflación, reducción del déficit fiscal, buen crecimiento económico y mantener la estabilidad en un contexto internacional adverso provocado por la COVID-19 y el conflicto en Ucrania.