Ubicada en la región Arequipa a más de 4,400 m.s.n.m., la mina Caylloma, operada por Bateas, es una de la más antigua del país. Es evidencia de más de 500 años de trabajo extractivo y de una tradición minera que nos llena de orgullo. En el marco del Día del Minero Peruano, tres trabajadores de Minera Bateas relatan qué se siente formar de la historia minera del Perú y cómo han cambiado sus vidas dentro de ella.
Yulinho Huachaca inició como operador de la bomba de relaves y, en pocos meses, fue ascendido a operador de chancado de minerales. “Yo entré con mucha actitud, con ganas de lograr cosas y eso lo notaron mis jefes, quienes me dieron la oportunidad de seguir creciendo y aportando”, reconoce.
Desde pequeño, tuvo curiosidad por las ciencias. Por ello, antes de la pandemia creó, junto a dos compañeras un programa llamado ‘Ciencia para tu Comunidad’. El objetivo era educar y enriquecer la curiosidad de los niños por la ciencia. Comenzaron con un pequeño piloto en Lima y hoy se encuentran en todas las regiones del Perú. Lo que más le gustaría es poder replicarlo en la comunidad de Caylloma, en Arequipa.
“La ciencia es mi pasión, no tiene límites y aplicar Machine Learning y Big Data en minería es muy interesante”, señala. Asegura que los avances en la implementación de tecnología o la inclusión de mujeres en minería lo motivan a seguir adelante: “A veces cuando salgo de vacaciones hasta extraño este lugar y a los compañeros, son mi segunda familia”.
Froilán Huallpa llegó de Cusco hace 4 años en busca de una mejor calidad de vida para su familia. “Al principio fue un poco complicado trabajar en este sector, principalmente por el régimen y por perderme de muchos momentos felices en familia”, comenta. Con el tiempo aprendió a organizar sus horarios, días libres y vacaciones y hoy disfruta de un balance entre su hogar y su trabajo.
“Estar en la mina más antigua de Sudamérica, la mina de nuestros antepasados y que ha visto tanto a incas como españoles es algo que te invita a reflexionar y aprender”, agrega. Actualmente se desarrolla como Analista de Calidad de Vida y fue reconocido como trabajador del año. Asegura que esto lo motiva a seguir creciendo y ser un ejemplo para sus hijos, a quienes quiere enseñarles que, con respeto, dedicación y esfuerzo, se pueden lograr grandes cosas y sueños.
Hace 16 años, Margarita Huilca, llegó a Minera Bateas en busca de un mejor futuro para sus hijos. Ella es la carta de presentación de la empresa porque es quien recibe a todos los visitantes en las oficinas de Miraflores. Le sorprende el crecimiento de la empresa. “Comenzaron con menos de 4 personas y hoy son cientos”, señala. Asegura que la unión entre trabajadores, el compañerismo y el apoyo se han mantenido, valores que la empresa ha inculcado desde el inicio.
“Cuando empecé, mis hijos eran chiquitos. La menor tenía 3 años y, en ocasiones, yo me los traía trabajar conmigo. He podido educar a mis hijos gracias a este trabajo y ahora están en la universidad”, agrega.