El Raiffeisen (VIE:RBIV) Bank International (RBI) espera que los reguladores europeos le obliguen a reducir de forma drástica los préstamos y pagos con Rusia, afirmó el jueves el banco austriaco, aumentando así la presión sobre la mayor entidad financiera occidental en Rusia.
Según el último borrador de las propuestas del Banco Central Europeo (BCE), el RBI deberá recortar los préstamos a clientes rusos hasta en un 65% en comparación con el tercer trimestre del año pasado y reducir los pagos internacionales desde Rusia para 2026, según el banco austriaco.
La medida, que el RBI espera que se anuncie “a corto plazo”, supondría un duro golpe para el banco, que se ha resistido a las presiones de los reguladores internacionales para cortar sus lazos con Moscú.
El BCE declinó hacer comentarios.
Dos años después de la invasión rusa de Ucrania, el RBI sigue siendo un salvavidas financiero fundamental para millones de rusos que quieren enviar euros o dólares al extranjero.
El RBI ha manifestado su intención de escindir su negocio ruso, pero más de dos años después de que Moscú lanzara su invasión a gran escala de Ucrania, poco ha cambiado. El banco dijo que las exigencias del BCE podrían dificultar la venta.
La presencia de RBI subraya la profundidad de las relaciones entre Austria y Rusia, que mantienen estrechos lazos a través de los gasoductos y las finanzas rusas, siendo Viena un centro neurálgico para el efectivo procedente de Rusia y sus antiguos vecinos soviéticos.
Las conversaciones entre el RBI y el BCE tienen lugar en un contexto de continuo escrutinio por parte de los reguladores del banco austriaco y sus conexiones rusas, que comenzó hace más de un año, cuando el organismo estadounidense encargado de la aplicación de sanciones, la OFAC, empezó a investigar los negocios rusos del banco.