¿Cómo puede haber algo positivo en la inflación más alta del mundo? Aunque Argentina ha registrado el crecimiento de precios más elevado de todo el globo terrestre, el dato no solo ha sido bueno, es que ha sido mucho mejor de lo esperado. El índice de precios al consumidor (IPC) en Argentina se situó en febrero en el 276,2% interanual, según ha informado este martes el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Sin embargo, este dato que a primera vista parece una auténtica locura (que lo es) tiene otra cara que revela una tendencia bien distinta y que es la esperanza de un país que se encuentra en una situación extremadamente crítica.
Primero merece la pena explicar que ese 276% interanual (muy importante lo de interanual) arrastra la fortísima subida de precios que se lleva produciendo en Argentina durante meses y que se intensificó sobremanera en la parte final de 2023 ante la creciente financiación del déficit con emisión monetaria, por decisión del Gobierno anterior en un intento por mantener el poder en las elecciones de Argentina.
Esa inflación interanual lo que hace es comparar el nivel de precios de febrero de 2024 con el de febrero de 2023, por lo que ese dato tiene como resultado todo lo que ha pasado durante, prácticamente, todo el año pasado, lo que distorsiona el dato que debería marcar la tendencia futura: el dato mensual.
En febrero, los precios al consumidor crecieron un 13,2% en comparación con el primer mes del año, lo que evidencia una desaceleración con respecto a la tasa del 25,5% registrada en diciembre de 2023 y del 20,6% en enero. Según el informe oficial, los bienes tuvieron el mes pasado una variación positiva del 11,9% en Argentina en comparación con enero, mientras que los servicios subieron un 17,6%. Este dato era esperado como ‘agua de mayo’ en la Casa Rosada de Argentina. Aunque las políticas de Mileis están orientadas para obtener resultados en el largo plazo, el presidente necesita algo a lo que agarrarse en el corto plazo para seguir contando con el apoyo de la población y otros sectores que le permitan seguir con su agenda reformista.
Este ‘buen dato’ de inflación ha sorprendido a los analistas, que habían previsto una inflación mensual que estuviera entre el 14 y el 15%. Este era el caso de los economistas de JP Morgan, que en un informe publicado este lunes anticipaban una inflación mensual del 14% y una interanual del 278%. El dato publicado ha quedado finalmente por debajo de ambas previsiones del banco americano.
Además, el informe de JP Morgan, pese a errar en su previsión y pasarse de largo, anticipa ya la pronta llegada de una inflación mensual de un solo dígito: “Mientras esperamos más claridad sobre las próximas correcciones de los precios regulados, nuestro escenario base considera que la economía alcanzará niveles (altos) de un solo dígito para en el segundo trimestre de 2024 y registrará un promedio mensual del 6% en durante el segundo semestre de 2024, suponiendo que se mantiene la liberación gradual de los controles de capital y un esfuerzo de consolidación fiscal exitoso”, señalan los expertos de JP Morgan.
Javier Milei ha asegurado en la plataforma X (antiguo Twitter), después de que se publicaron los datos, que la desaceleración se debe al trabajo del gobierno para imponer una “fuerte disciplina fiscal”. En una señal de confianza en la inflación, el banco central recortó a última hora del lunes el tipo de interés al 80%.
Sin embargo, el presidente ha admitido que marzo podría ser “complicado”, ya que las señales en la economía no son buenas, con una caída de las ventas, la actividad y la producción. El propio Mile ya advirtió en la su campaña electoral que sus medidas para contener el gasto y acabar con la financiación monetaria del déficit público (poner fin a la impresión de pesos para seguir pagando las políticas fiscales) generaría una depresión económica notable, mientras que la inflación aún se mantenía elevada.
Aunque se pueden ver ciertos signos de mejora en la economía financiera, Argentina se enfrenta a una crisis económica muy dura en el corto plazo, con la peor de las combinaciones posibles (si se excluye una guerra): una actividad económica en retroceso y una inflación todavía muy alta.
Desde BBVA Research admiten en una nueva publicación que la economía de Argentina se encuentra en situación crítica, pero también destacan que hay algunos cambios importantes en el sector monetario y fiscal que pueden ser esperanzadores: “La fuerte contracción del gasto y una reconfiguración de la composición del balance del Banco Central de Argentina (BCRA) permitió una marcada desaceleración de la asistencia monetaria al Tesoro. A su vez, la tendencia a la baja de la inflación junto a la calma del mercado de cambios permitió posponer un aumento de tipos”.
Otra medida importante que será muy dolorosa en el corto plazo, pero que ayudará a calmar la inflación la decisión anunciada este martes por el Gobierno para abrir las importaciones de bienes de consumo básico y suspender ciertos impuestos a esas importaciones para estimular la competencia y así bajar la inflación.
En el corto plazo, las industrias que se dedican a producir esos bienes en Argentina sufrirán la competencia exterior. Sin embargo, esto ayudará a reducir los precios (si algo cuesta menos fuera se comprará al exterior) e incrementará la competencia, mejorando la competitividad y eficiencia de los productores nacionales.
La apertura de las importaciones afecta a las bananas, patatas, carne de cerdo, café, atún, productos de cacao, insecticidas, champús, pañales, y otros muchos más que conforman la cesta básica de la compra, y también de medicamentos, que han registrado este año subidas por encima de la inflación mensual.
“La economía va poco a poco normalizándose y en esta línea se ha tomado la determinación de abrir las importaciones de determinados productos… en pos de hacer los precios más competitivos en beneficio de las familias y de los consumidores argentinos, con alguna quita de impuestos en estos productos”, informó el portavoz de la presidencia, Manuel Adorni.