El ministro de Economía celebra que Brasil está “en el camino correcto”, en la misma semana en que la agencia Fitch mejoró la nota del país y elevó la previsión de crecimiento
El desempleo en Brasil cae lenta pero constantemente desde enero de este año. El número de parados en el trimestre entre abril y junio se situó en el 8%. Son 0,8 puntos menos que en el trimestre anterior y 1,3 respecto al mismo periodo del año pasado. En un año dejaron las listas del paro 1,4 millones de brasileños, según los datos oficiales del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) divulgados este viernes. Es el mejor dato para ese trimestre desde 2014.
También ha subido el nivel medio de los salarios. Ahora un brasileño cobra de media 2.921 reales (618 dólares, 560 euros). Es una revalorización del 6,2% en lo que va de año. A pesar de las buenas noticias, no es oro todo lo que reluce. Los analistas de este organismo estatal destacan que el trabajo formal, con cotización a la seguridad social, se mantiene estable; lo que ha crecido sobre todo en los últimos meses es el trabajo informal, que en estos momentos en Brasil representa casi el 40% de los que tienen un trabajo.
“La caída del desempleo señala que estamos en el camino correcto”, celebró en sus redes sociales el ministro de Economía, Fernando Haddad, que esta semana también tuvo otras alegrías. En julio hubo una deflación del 0,07%, sobre todo gracias a la caída del precio de la luz. En lo que va de año la inflación acumula una subida del 3,09%, lo que se sitúa dentro de los objetivos oficiales del Banco Central. El Gobierno espera que esta tregua en la subida de los precios empuje al comité de política monetaria del banco a bajar los tipos de interés, que están en el 13,75% desde agosto del año pasado. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se queja constantemente de lo que considera una excesiva disciplina del banco para contener la inflación, que acaba siendo un impedimento para que los brasileños accedan a crédito, consuman y hagan girar la rueda de la economía.
El comité de política económica del Banco Central volverá a reunirse para decidir sobre los tipos de interés el 2 de agosto, y en el equipo económico del Gobierno la expectación es máxima. Haddad decía esta semana que hay una “colección de factores” para que la tasa baje. Entre esos factores está otra buena noticia para Brasil que llegó el miércoles. La agencia de clasificación de riesgo Fitch subió la nota de Brasil de BB- a BB, lo que coloca a Brasil a dos notas de conseguir el llamado grado de inversión. La agencia citó “un resultado macroeconómico y fiscal por encima de lo esperado”, expresó su alivio tras los “choques sucesivos en los últimos años” y alabó las recientes políticas proactivas y reformas, con la expectativa de que “el nuevo Gobierno trabajará para mejoras adicionales”. Recientemente, el Gobierno consiguió sacar adelante en la Cámara de Diputados una reforma tributaria que llevaba atascada más de 30 años. Fitch también revisó al alza sus previsiones de crecimiento de la economía de Brasil para este año, pasando del 0,7 al 2,3%.
