Reducir la producción de petróleo y gas sería “peligroso e irresponsable”, aseguró a la BBC el director ejecutivo del gigante energético Shell.
Wael Sawan insistió en que el mundo todavía “necesita desesperadamente petróleo y gas”, ya que la transición hacia las energías renovables no está siendo lo suficientemente rápida como para reemplazarlos.
Advirtió también de que el aumento de la demanda de China y un invierno frío en Europa podrían hacer que los precios de la energía y las facturas vuelvan a subir.
Las declaraciones de Sawan han enfurecido a los científicos del clima, que están en contra de los planes de Shell para continuar con la producción de petróleo actual hasta 2030.
a profesora Emily Shuckburgh, científica climática de la Universidad de Cambridge, afirmó que empresas como Shell deberían centrarse en acelerar la transición ecológica “en lugar de tratar de sugerir que es mejor para los más vulnerables de la sociedad que se prolongue el uso de petróleo y gas”.
El secretario general de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, dijo recientemente que invertir en nueva producción de petróleo y gas era una “locura económica y moral”.
“Respetuosamente, no estoy de acuerdo”, respondió Sawan a la BBC. Y agregó: “Lo que sería peligroso e irresponsable es cortar la producción de petróleo y gas para que el costo de vida, como vimos el año pasado, comience a dispararse de nuevo”.
El mundo está inmerso en una contrarreloj para deshacerse de los combustibles fósiles en favor de alternativas más ecológicas, ya que los líderes mundiales se han comprometido a evitar que el mundo se caliente más de 1,5 °C este siglo.
El año pasado, la Comisión Europea presentó sus planes sobre cómo acelerará la Unión Europea (UE) su paso a la energía verde para terminar con la dependencia del petróleo y el gas rusos.
Pero muchos países no tienen la infraestructura necesaria para pasar a formas de energía más sostenible
Según Sawan, la guerra internacional de precios del gas que tuvo lugar el año pasado hizo que países más pobres como Pakistán y Bangladesh no pudieran costear las importaciones de gas natural licuado (GNL) que, en cambio, se desviaron al norte de Europa.
“Dejaron a esos países sin GNL y los niños tuvieron que trabajar y estudiar a la luz de las velas. Si vamos a tener una transición, debe ser una transición justa que no solo funcione para una parte del mundo”, afirmó.
Claire Fyson, codirectora de política climática en Climate Analytics, un instituto internacional de ciencia y política, aseguró a la BBC que “la idea de que es una elección entre nuestra adicción a los combustibles fósiles o trabajar a la luz de las velas es una gran tergiversación de la realidad, cuando sabemos que las energías renovables son más limpias, más baratas y mejores para la salud pública”.
Reino Unido se ha comprometido a gastar US$14.800 millones en financiación climática internacional, pero según una circular vista por la BBC, este objetivo se ha convertido en un desafío debido a sacudidas económicas como las de la pandemia de Covid.
Para el jefe de la Agencia Internacional de la Energía, Fatih Birol, “si los gobiernos se toman en serio la crisis climática, no debería haber nuevas inversiones en petróleo, gas y carbón a partir de ahora”.
Shell tiene su sede central en Reino Unido, al que une una larga historia. Pero, según Sawan, la falta de claridad y estabilidad en la política energética y en la de impuestos hacen que Reino Unido corra el riesgo de ser menos atractivo para los inversores en comparación con otros países.
El gobierno británico aumentó los impuestos del 40 al 75% sobre las ganancias derivadas de Reino Unido hasta 2028 o hasta que los precios del petróleo y el gas caigan por debajo de ciertos umbrales durante un período prolongado, algo que la mayoría de los expertos en energía dudan que suceda.
Sawan también destacó la cálida bienvenida que la Bolsa de Valores de Nueva York le dio a la compañía en una reunión reciente de inversores, en la que expusieron sus planes para reducir costos y maximizar las ganancias.