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Economía

El país con la deuda más baja de Europa se enfrenta a un dilema fiscal que puede cambiar su economía para siempre

Dentro de los países que conforman el heterogéneo mosaico de la zona euro, hay uno que destaca por ser el paradigma liberal y de la frugalidad. Su economía se ha caracterizado en las últimas décadas por el orden de sus finanzas públicas, la facilidad para hacer negocios (ocupa uno de los primeros puestos de los países europeos en el ranking ‘doing business‘) y por tener un sistema impositivo un tanto peculiar dentro de Europa, puesto que tiene como insignia fiscal un flat-tax sobre la renta (tarifa plana en el impuesto sobre la renta de las personas físicas -IRPF-) del 20%.

Este país tiene, además, la deuda más baja de toda Europa. Su endeudamiento ha sido históricamente tan reducido que el propio Banco Central Europeo (BCE) admitió que tenía problemas para encontrar deuda suya en el mercado durante sus grandes programas de estímulo. Pero esta economía modélica se enfrenta a un naciente problema fiscal: su déficit público está en máximos (el gobierno lo estima en 3,5% del PIB para este año y 5,3% para 2025) y su deuda pública se ha duplicado en cuatro años. Tallin se enfrenta a una crisis económica y a un dilema sobre su paradigma económico.

Estonia es ejemplo para buena parte de Europa en muchos segmentos de su economía. Este pequeño país se ha convertido en un hub digital para empresas financieras y de otro tipo. Algunos medios han llegado a apodar a este país báltico como el ‘Sillicon Valley europeo’. Sus bajos impuestos y unas regulaciones amigables para las empresas han atraído inversión extranjera, permitiendo que el país se desarrolle de forma rápida y casi sin baches. El PIB per cápita de esta economía se ha multiplicado por nueve desde 1995, siendo la economía báltica más desarrollada según este indicador.

Pero si algo ha destacado hasta ahora ha sido la obsesión de sus gobiernos con la estabilidad fiscal. Durante años, la deuda pública de Estonia se ha mantenido en niveles cercanos al 10% del PIB (España, por ejemplo, multiplica por más de 10 ese porcentaje). Sin embargo, el covid y la invasión de Rusia a Ucrania han sido dos golpes muy duros para esta economía. La deuda se sitúa ahora en la zona del 20% del PIB.

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