El término paradigma invoca, según explica la RAE, otros que pueden usarse como sinónimo, como ‘ejemplo’, En la mayoría de las ocasiones, para explicar un modelo explicativo de paradigma se recurre a la comunidad científica, y aunque este no es el caso bien podría ser estudiado por los distintos campos de conocimiento.
El paradigma galo (invención de una servidora) no es otra cosa que la ‘magia’ de Francia siendo el cuarto países del mundo en reservas de oro sin tener ni una sola mina aurífera. Un truco de ilusionismo que se explica mejor con otra afirmación: Mali alberga más de 850 minas de oro y produce unas 50 toneladas anuales y, sin embargo, no tiene ni una sola reserva nacional de oro.
Cabe destacar que Mali fue durante muchos años colonia francesa y que grandes multinacionales aún tienen presencia en un país rico en recursos naturales, pero con una de las rentas per cápita más baja del planeta. La leyenda negra habla de saqueo por parte de Francia que ya acumula unas 2.437 toneladas de oro, tan solo superada por Italia (2.459 t), Alemania (3.353 t) y Estados Unidos (8.133 t), según publica el Consejo del Oro Mundial.
Ahora, cansados de tener que contar con las reservas de Mali, el estado francés ha dado el visto bueno para investigar un ‘potencial yacimiento de oro, plata y cobre’ en una antigua mina ubicada al noreste del país a unos 200 km de Burdeos.
La dependencia de los países occidentales de naciones en vías de desarrollo en materia industrial, sobre todo en cuanto a recursos naturales se refiere, se remonta a épocas coloniales que, por desgracia, aún continúa. Europa no solo confía en África para los metales preciosos (Sudáfrica recauda más de 6.000 millones de euros anuales exportando diamantes) sino para los recursos básicos también: Argelia es el primer suministrador de gas de España y Francia y Países bajo compran petróleo a Nigeria.
El dominio de las explotaciones en países africanos lleva años justificándose con el intervencionismo en gobiernos corruptos y guerras civiles, que tampoco ayudan al avance socioeconómico de las naciones en vías de desarrollo, pero que no son más que intereses económicos propios de los occidentales que acaban por decidir el destino geopolítico de cada nación.