La ola de violencia vivida en distintas regiones del Perú, sobre todo en el sur, está complicando las perspectivas para la producción e inversión minera comenzando el 2023.
En ese contexto, el Departamento de Estudios Económicos de Scotiabank, prevé como resultado de estas protestas alrededor de 1% de la producción nacional de cobre se ha visto comprometida y que la inversión minera tiene riesgos de desacelerarse aún más los próximos años.
“Esto está ocurriendo en un momento en el cual los altos precios de los metales auguraban bien para el sector, y se empezaba a sentir el impacto del inicio de operaciones de Quellaveco de Anglo American desde setiembre del año pasado a razón de alrededor de 22 mil TMF mensuales”, comentó Katherine Salazar, analista de Scotiabank.
Asimismo, la economista señaló que la producción mensual de cobre hasta agosto del 2022 aún no superaba los niveles prepandemia, en parte por las bajas leyes de mineral, pero también por los constantes bloqueos en el Corredor Minero del Sur (CMS) donde operan Las Bambas (MMG), Constancia (Hudbay) y Antapaccay (Glencore).
“En nuestro estudio se muestra que el nivel de producción mensual de cobre no superó los niveles del 2019 sino hasta setiembre del 2022 cuando Quellaveco entró en producción. La barra roja del gráfico que hemos elaborado representa los volúmenes de Quellaveco y a partir de ahí la producción recién pasó por encima de niveles prepandémicos”, sostuvo Salazar.
Cabe anotar que, en diciembre, hubo nuevos bloqueos en el Corredor Minero del Sur, afectando el transporte del mineral de las minas al puerto, aunque no la producción. “Así que no se habría registrado un deterioro significativo en el flujo mensual productivo, pero sí lo vamos a ver en el volumen exportado”, acotó la especialista de Scotiabank.
Para enero del 2023, el impacto de las protestas en la producción de cobre sí será más profunda ya que alrededor de cuatro minas cupríferas están operando de manera restringida con riesgos en otras de paralizar su producción.
Impacto en los minerales
De otro lado, la producción de oro ya venía pasando por un agotamiento de minas aproximadamente desde el 2017, y con una caída más fuerte en el periodo de pandemia. Desde entonces la producción aurífera se ha recuperado sin superar niveles previos al 2019.
“Así que, si bien esperábamos aún una producción relativamente débil este año, la caída sería aún mayor con la menor producción de enero”, precisó la analista de Scotiabank.