China muestra al mundo sus intenciones: Pekín sigue dando pasos para convertirse en la mayor economía del mundo y quiere hacerlo sin perder su papel de ‘fábrica’ mundial. China lo quiere todo: ser un país desarrollado, pero a la vez mantener su superávit comercial y competitividad, una suerte de economía similar a la de Alemania pero en gigante. Así lo revela el histórico sorpasso de China a Japón en materia automovilística. China ha superado a Japón en exportación de coches por primera vez en la historia.

China exportó 1,07 millones de vehículos en el primer trimestre, cifra que supone un crecimiento interanual del 58,3% y que convierte al país asiático en el mayor exportador de coches del mundo tras superar a su vecino Japón, según el diario local Global Times.

Los datos, facilitados recientemente por la Administración General de Aduanas, señalan que, solo en abril, China exportó 376.000 automóviles, dato 2,7 veces superior al registrado en abril de 2022.

La mayoría de vehículos exportados eran de nuevas energías, superando la barrera de las 100.000 unidades en abril, cifra 8,4 veces superior con respecto al mismo mes de 2022. Más allá de que esta tendencia evidencia que parte de los países desarrollados están perdiendo industria en términos netos y cuota de mercado, este dato alberga a su vez un peligro aún mayor, según los analistas.

Esto a su vez esconde un gran peligro para Occidente que se ha debatido largo y tendido: China está logrando un cuasi monopolio en lo que se refiere a la producción de baterías y placas solares, dos de los pilares que deberían sostener la producción y almacenamiento de energía a nivel global en el futuro.

Si China tiene el control de la producción de estos elementos -como las baterías-, cualquier conflicto con el país asiático generaría vulnerabilidades importantes en los países que dependen de las baterías y las placas solares de China.

El sorpasso a Alemania

Volviendo a la exportación de vehículos, el diario chino señala que el país asiático superó a Alemania para convertirse en el segundo mayor exportador del mundo en 2022.

“Los coches fabricados en China se han vuelto cada vez más competitivos en el mercado global gracias a un estricto control de calidad, una sofisticada cadena industrial y avanzados servicios de mantenimiento”, indicó el ingeniero general adjunto de la Asociación China de Fabricantes de Automóviles, Xu Haidong, citado por el rotativo.

El 65% de coches eléctricos

Según un reciente estudio de Moody’s, China aglutinó el 65% de los 8 millones de ventas de vehículos eléctricos de batería (BEV) registradas a nivel mundial el año pasado.

En 2022, los denominados “vehículos de nuevas energías” -que no solo incluyen a los BEV sino también a los híbridos enchufables (PHEV) o a los impulsados por pilas de combustible- vendieron casi el doble (+93,4%) que el año anterior en China, y ya suponen un cuarto de las ventas totales de automóviles, según la patronal del sector CAAM.

El portal de noticias económicas Yicai ya apuntó en febrero que las marcas chinas se beneficiarán de la prohibición, avalada por el Parlamento Europeo, de la venta de vehículos de gasolina y diésel a partir de 2035 en la Unión Europea (UE).

Datos citados por ese medio apuntan que la UE ya desbancó en 2021 al mercado asiático como primer destino de exportación de los vehículos eléctricos producidos en China, con unas 285.000 unidades vendidas en suelo europeo durante ese año.