Trabajadores del transporte y de la salud han organizado huelgas que reflejan el descontento social por la situación económica que vive el país.
Con un crecimiento que en la actualidad es casi nulo y una inflación que supera el 10%, las perspectivas para este año no son alentadoras.
Organismos como la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria británica y el Fondo Monetario Internacional (FMI) esperan que la economía sufra una contracción en 2023.
Si se cumplen los pronósticos, Reino Unido podría ser la única de las grandes economías que entre en recesión.
Primero fue el racionamiento de huevos, y ahora los hogares de Reino Unido han visto recortado su acceso a los tomates, las lechugas y otra serie de vegetales frescos.
Es la sexta economía del mundo pero no puede proporcionar a sus ciudadanos una ensalada, dice el diario británico Financial Times.
No es la primera vez que los carteles que limitan cantidades aparecen en los supermercados británicos
La dificultad de conseguir algunos productos ha llevado a los consumidores a peregrinar de supermercado en supermercado para llenar la cesta de la compra.
Ante la falta de lechuga, tomates, pimientos, pepinos, brócoli, coliflores y frambuesas, los supermercados de Reino Unido han racionado la venta de verduras y frutas.
Una mezcla de factores ha provocado la tormenta perfecta.
El coste de los fertilizantes, la menor producción de frutas y hortalizas en España y Marruecos junto con los problemas de transporte y la escasez de trabajadores agrícolas temporales ha puesto bajo presión la cadena de suministro.
El programa de las visas para trabajadores temporales permite que los trabajadores permanezcan durante seis meses en el país. Antes del Brexit, podían ir y venir desde otros países de la UE, como parte de las normas de libre circulación.