-
A partir del próximo año la expansión de las capacidades de energías renovables en los países desarrollados y los emergentes provocará una disminución de la demanda hasta el 2026.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) afirmó este viernes que la producción mundial y las ventas de carbón alcanzarán niveles récord a finales del 2023, impulsadas por un máximo histórico en la demanda mundial.
Incremento de la demanda en países emergentes
El organismo prevé que la demanda mundial del combustible fósil aumentará un 1,4% para finales del 2023, superando los 8.500 millones de toneladas por primera vez desde que se tiene registro. La mayor parte de este incremento lo relacionan con el creciente consumo de carbón en las economías emergentes y en desarrollo como la India y China, a pesar de que el consumo va camino de caer bruscamente en la mayoría de las economías avanzadas como la Unión Europea y Estados Unidos.
En la India y China esperan un crecimiento del 8% y el 5%, respectivamente, impulsado en gran medida por una creciente demanda de electricidad en medio de una insuficiente producción hidroeléctrica.
Incremento de la producción
En el informe recientemente publicado por la AIE, se prevé que el comercio mundial de carbón alcance un nuevo récord, con un total de 8.741 millones de toneladas, impulsado por el fuerte crecimiento en Asia. La agencia también señala que la contribución de China, la India e Indonesia (los tres mayores productores de carbón, que representan el 70% del suministro mundial), que aumentarán en conjunto su producción, será decisivo en el logro de este máximo histórico.
Perspectivas de disminución para el 2026
A pesar de todos estos incrementos históricos que se aprecian este año, el informe señala que a partir del 2024 se espera que el uso de carbón disminuya y para el 2026 su caída será de un 2,3% en comparación con los niveles del 2023. Todo esto debido a la expansión de las capacidades de energías renovables en los países desarrollados y los emergentes. La AIE señala que China, cuya demanda actual de este combustible representa más de la mitad de la demanda mundial, se mueve hacia un creciente uso de energías renovables.
“Hemos visto caídas en la demanda mundial de carbón algunas veces, pero fueron breves y causadas por eventos extraordinarios como el colapso de la Unión Soviética o la crisis del covid-19. Esta vez parece diferente, ya que el declive es más estructural, impulsado por la formidable y sostenida expansión de las tecnologías de energía limpia”, explicó Keisuke Sadamori, director de Seguridad y Mercados Energéticos de la AIE.
El analista señaló que, si bien todavía se necesitan esfuerzos significativos para cumplir los objetivos climáticos internacionales, “un punto de inflexión para el carbón está claramente en el horizonte, aunque el ritmo al que se expandan las energías renovables en las principales economías asiáticas dictará lo que sucederá a continuación”.