Uno de los objetivos en política comercial que la presidencia española del Consejo de la Unión Europea se había marcado como prioritario para cerrar durante estos seis meses, la firma definitiva del tratado de libre comercio con Mercosur, se aleja.
Pese a los intentos del Gobierno de Pedro Sánchez de aprovechar la reunión informal de ministros de Comercio que se celebró este viernes en Valencia, ha sido Francia quien ha escenificado las dudas de algunos de los socios europeos por las cuestiones que aún están pendientes de resolver en materia de sostenibilidad medioambiental y garantías de los productos agrícolas que están vinculados a ese acuerdo.
Aunque el ministro de Industria, Comercio y Turismo, Héctor Gómez, se siguió mostrando optimista de la posibilidad de llevar a buen puerto unas negociaciones que se están manteniendo cada semana, tuvo que reconocer ante los periodistas que difícilmente podrá cerrarse este año. Una situación que certificó el ministro francés de Comercio Exterior, Olivier Becht. “Creo que sí necesitamos más tiempo para alcanzar un acuerdo y estar seguros de que tenemos esas garantías medioambientales”, aseguró, además de destacar que para su país es importante evitar la competencia desleal frente a “las normas ambientales y sani
Por parte de los países de Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) también se piden más garantías en sostenibilidad, pero más vinculadas a los aspectos sociales, según explicaron desde el Gobierno español.
Entre las reclamaciones de París además de las exigencias europeas para combatir la deforestación, uno de los puntos calientes, se insiste en incluir medidas espejo en materias como bienestar animal y antibióticos para garantizar que se puedan homologar a los productores de ambos lados del Atlántico.
La secretaria de Estado de Comercio, Xiana Méndez, la encargada de ofrecer una valoración oficial tras el almuerzo informal en que se abordó esta cuestión, dejó claro que en ningún caso las dos partes se plantean reabrir lo que ya está pactado en el acuerdo comercial que se alcanzó hace ya cuatro años. “Eso es una línea roja”, apuntó tras explicar que lo que se está negociando ahora casi a contrarreloj es un instrumento adicional al tratado.
Méndez trasladó que en la reunión se transmitió “el mensaje de apurar al máximo hasta diciembre” para intentar la firma, pero reconoció que es difícil concretar los tiempos aún necesarios para cerrar el proceso. Mucho más factible se antoja cumplir los plazos para sellar otro acuerdo bilateral que lleva años pactado, el de Chile.
En la agenda del encuentro también se trató la marcha de las negociaciones para un tratado con India, un acuerdo que para Europa debe ser la referencia de cara a otras potencias emergentes. También se abordó la seguridad comercial, con las posibles medidas para inversiones extranjeras en tecnologías críticas, aunque Méndez apuntó que aún está en una fase de análisis.
Otro de los temas que sobrevaloró la cumbre son las conversaciones con Estados Unidos para poner fin definitivamente a la guerra arancelaria por el acero y el aluminio, algo que podría lograrse antes de final de este año.
