El abastecimiento de gas a China a través del gasoducto Fuerza de Siberia superó una vez más las obligaciones contractuales diarias, informan desde Gazprom. Los suministros en constante aumento se enmarcan en el plan de Moscú para desviar el flujo al continente asiático, luego de que la UE se negara a adquirir los recursos energéticos rusos.
“El 3 de enero [de 2024] Gazprom marcó un nuevo récord histórico de suministros diarios de gas a China (…) El récord anterior se estableció un día antes, el 2 de enero, justo después de que los suministros diarios de gas por gasoducto a China alcanzaran un nuevo nivel estipulado por el contrato para 2024”, informó la compañía en su comunicado.
A finales de 2023, las exportaciones de gas a China a través de este gasoducto ascendían a 22 bcm. Esto supone 0,7 bcm por encima de las obligaciones contractuales de Gazprom y 1,5 veces más que en 2022 (15,4 bcm).
Las entregas a través de Fuerza de Siberia se realizan en virtud de un acuerdo bilateral de compra y venta de gas a largo plazo entre la rusa Gazprom y la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC). Para 2024 se ha contratado un volumen de 30 billones de metros cúbicos (bcm).
En 2025, el gasoducto Fuerza de Siberia alcanzará su plena capacidad de exportación de 38 bcm de gas al año.
El 14 de diciembre, Gazprom anunció planes de cooperación con la CNPC para 2025, que pueden incluir posibles suministros de gas desde Rusia a través de Mongolia. El proyecto se ha denominado Fuerza de Siberia 2, o gasoducto de Altai, con una capacidad diseñada para transportar 50 bcm por año.
Fuerza de Siberia es el principal gasoducto que se extiende desde Rusia hasta China y recorre unos 3.000 kilómetros. El proyecto ha demostrado ser un compromiso exitoso entre Rusia y Asia, que se desarrolló contra todo pronóstico, a pesar de la presión occidental sin precedentes sobre la economía rusa.
Las economías europeas están perdiendo posiciones, afrontando la crisis energética y el proceso de desindustrialización que no pueden frenar. Se trata de una consecuencia de que la mayoría de los Estados de Europa se hayan sumado a las medidas restrictivas antirrusas y hayan renegado de los hidrocarburos que durante décadas habían recibido de Rusia a precios económicos.
Desde Moscú, reiteraron en repetidas ocasiones que las medidas punitivas contra Rusia perjudican más a quienes las imponen y que la Unión Europea acabó en la posición de una colonia estadounidense.